El ejercicio de la profesión de abogado en el mundo ha cambiado tanto en el aspecto profesional, como en las prácticas sociales. En Colombia, las principales firmas han seguido tradicionalmente modelos de negocio provenientes de Estados Unidos, permitiendo así profesionalizar el ejercicio de la abogacía, pero al mismo tiempo inculcando la importancia de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) integral, tan difundida en las grandes firmas del mundo. Esto ha influenciado positivamente la práctica local, en beneficio de programas con un alto impacto social.
Los abogados tenemos una obligación con la sociedad y el entorno en el que nos movemos, que consiste en devolver algo de lo que nos da. Esta devolución en un principio se ha entendido como el probono o trabajo que no se cobra, dadas las condiciones de algunos individuos o entidades sin ánimo de lucro, que requieren consejo legal pero no cuentan con los recursos para pagar los honorarios. Pero no basta con dar algunas horas gratis de nuestro trabajo, sino que en la medida en que las firmas tienen más abogados y empleados deben participar activamente en programas de alto impacto social, a través de voluntariados, por ejemplo.
Este tipo de experiencias permiten acercar a los abogados más jóvenes a situaciones diferentes y a entender cómo funciona la sociedad, para que por medio de su ejercicio profesional pueden ofrecer asesorías más integrales.
Para que estos programas sean efectivos, el ejemplo debe comenzar desde los socios. Son ellos quienes con su compromiso influencian a los demás para que la RSE se vuelva una política institucional. Es así como en las firmas socialmente responsables hay metas concretas y medibles en materia de horas que deben ser invertidas al año por cada abogado por estos conceptos.
Pero la RSE va más allá, y también tiene un componente interno en las firmas enfocado a las políticas con los trabajadores, con el fin de que existan reglas claras de trabajo, flexibilidad, programas de diversidad en la contratación, igualdad de salarios y oportunidades. Uno de los componentes más importantes de las firmas es su capital humano, por lo que la RSE también debe enfocarse en ellos.
Las firmas que cuentan con programas de responsabilidad obtienen un sinnúmero de beneficios. No solamente muchos de los potenciales clientes se fijan en estos elementos a la hora de escoger un bufete, además claro está de la experiencia de los abogados, el reconocimiento de la firma, y el tamaño de esta; pero al mismo tiempo se convierte en un elemento diferenciador para los empleados, quienes muchas veces prefieren trabajar en una firma reconocida por sus programas sociales, que en una que no cuenta con estas políticas.
En los tiempos actuales ya no basta con hacer una contribución y esperar el certificado de donación que servirá para pagar menos impuestos. Las responsabilidades con la sociedad son mayores día a día, pero también es superior la satisfacción. En países como Colombia donde la justicia está permanentemente cuestionada, los abogados no escapamos a esas críticas. Somos percibidos como profesionales que cobramos caro y a los que quienes necesitan nuestros servicios no pueden acudir, pero la tendencia ha venido cambiando, gracias a los programas de las firmas.
En el futuro, la RSE se convertirá más que en una tendencia, moda u obligación dentro de los servicios legales, en una realidad y en un componente inseparable del ejercicio profesional. La integración de las líneas productivas de la sociedad con las necesidades de los menos favorecidos son fundamento esencial en la construcción de sociedades exitosas y de modelos económicos sostenibles.
