Conozca los programas que hay para evitar la violencia en los estadios

El fenómeno de violencia en el fútbol sudamericano está afectando desde las más altas competiciones internacionales hasta eventos deportivos menores en Colombia. En cifras parciales, entre 2004 y 2017, son cerca de 135 muertos por las riñas entre “barras bravas”, de acuerdo a las aproximaciones de Alexander Castro, sociólogo experto en la cuestión.

En esa medida, las entidades estatales y privadas, así como los equipos de fútbol, realizan constantemente campañas, programas o estrategias para evitar la violencia dentro y fuera de los estadios. Un ejemplo representativo es el trabajo que hace el Instituto Distrital de la Participación Comunal (Idpac) a través de las estrategias “Más Fútbol Más Vida” o “Hincha 10”.

En el marco del Torneo Fox, donde Bogotá por segundo año consecutivo será el marco para la campaña educativa “Más Fútbol, Más Vida”. “Bogotá mantendrá durante 2019 su política de puertas abiertas al fútbol visitante, que ha reportado excelentes resultados como son la disminución de 13% en violencia asociada al fútbol en el estadio y en las localidades bogotanas”, advirtió Antonio Hernández Llamas, director del Idpac.

Según cifras oficiales, el programa ha logrado sensibilizar a más de 90.000 asistentes a partidos en la capital. En concreto, esta estrategia busca la formación de líderes barristas y se les capacita a través de charlas y talleres bajo el enfoque de “multiplicadores del buen comportamiento dentro de los estadios”.

Entre 2016 y 2018, “Más Fútbol, Más Vida” impactó a 1.338.715 aficionados, hinchas y barras futboleras. Así mismo, la estrategia acompañó en 237 partidos, preparando el antes, durante y después del evento deportivo en temas de participación ciudadana, convivencia y seguridad. De la anterior cifra, 133 partidos fueron con hinchas visitantes a la capital bajo la política de puertas abiertas. Por otra parte, este programa realizó 14 Consejos y Mesas Locales de Barras Futboleras en localidades como Tunjuelito, Los Mártires, Engativá y Barrios Unidos.

Más de 500 jóvenes barristas de Bogotá entraron a la Escuela de Participación Ciudadana para prevenir la violencia en el Nemesio Camacho El Campín y el Idpac llevó a cabo 8 campeonatos de fútbol y convivencia, junto con 125 sesiones de la Comisión Distrital de Fútbol. Otro programa de la misma entidad es “Hincha 10”, un personaje real creado por el Idpac, quien representa la convivencia, el respeto y las ganas de disfrutar en paz el espectáculo deportivo. Su función es llevar el mensaje de tolerancia, amistad y buen comportamiento, tanto dentro como fuera del estadio.

Entre los hitos de Colombia en este tipo de campañas está también el primer Observatorio de Convivencia y Seguridad en el Fútbol, donde se estructuraron cuatro componentes: incidencias sobre convivencia en los estadios, incidencias de las barras futboleras en los territorios, la encuesta distrital de fútbol para la seguridad, comodidad y convivencia, y la caracterización y georeferenciación de parches y barras futboleras. Este programa contó con la realización del Foro Bogotá y Transforma Bogotá Nuestro Campo de Juego, donde 84 organizaciones de barras futboleras fueron identificadas en una base de datos.

El Gobierno Nacional, a través del Ministerio del Interior creó la Comisión Nacional para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol, integrada por el Ministerio de Educación Nacional, el Ministerio de Cultura, la Policía Nacional, Coldeportes, la Federación Colombiana de Fútbol, la División Mayor del Fútbol Profesionall Colombiano y la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo. Actualmente, el viceministro de Relaciones Políticas, Manuel Daza, es quien está a cargo de esta política pública que busca erradicar la violencia dentro y fuera de los estadios.

En esa medida, en desarrollo del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol, se avanzó en los aspectos de fortalecimiento legal (marco normativo que regula el fútbol como espectáculo, teniendo en cuenta que resulta disperso y en algunas ocasiones existen contradicciones entre las diversas normas y las obligaciones del contexto nacional y local) y la implementación de los planes de emergencia y contingencia (oportuna reacción a la ocurrencia de una situación de origen antrópico, técnico o natural que afecte de manera directa y/o indirecta el orden público).

Así mismo, se fortaleció la infraestructura tecnológica de seguridad al ingreso de los estadios en un plan piloto a cinco ciudades: Bogotá, Medellín, Cali, Manizales, y Barranquilla. Como cuarto punto, se ejecutó un fortalecimiento al barrismo social, donde se impulsaron acuerdos interinstitucionales a las principales problemáticas colectivas que enfrentan las barras en materia de convivencia y seguridad. Por último, se acordó la supervisión del funcionamiento de las comisiones locales, para la vigilancia de las medidas de seguridad, comodidad y convivencia en el fútbol desde el ámbito nacional y local.

Al respecto, Gonzalo de Francisco, experto en seguridad, argumentó que “sí se ha evidenciado una mejora en el comportamiento de los hinchas”, pero también advirtió que el espectáculo deportivo “dejó de ser un atractivo para las familias y se perdió la oportunidad para que otro tipo de personas asistan a los partidos, convirtiéndose en un espacio para individuos radicales”.

Un programa para ayudar a jóvenes
A través de la Fundación Red Fútbol y Paz, movimiento para la paz y la reconciliación en Colombia, se ha contribuido a que la práctica de este deporte sirva como herramienta de transformación social para ayudar a los niños, niñas y jóvenes colombianos que han sido víctimas del conflicto armado del territorio nacional. Mediante el Proyecto Gol y Paz Colombia se benefició a 5.000 menores en las sedes de la Federación Colombiana de Fútbol, para darles una alternativa de vida diferente a la violencia del país.