La salida del Presidente y las miles de demandas destapan que algo malo está sucediendo en la entidad que reemplazó al ISS
El Congreso de la República aprobó en 2007 la ley que le dio origen a la Administradora Colombiana de Pensiones, Colpensiones, la nueva entidad que asumiría el pago de las mesadas de casi un millón de jubilados y administraría los aportes de 6,4 millones de trabajadores afiliados al régimen de prima media. La norma sepultó de un plumazo al Instituto de Seguros Sociales que justamente cumplía su edad de pensión de 63 años. En ese momento no hubo más aplausos y se esperó pacientemente que Colpensiones comenzara operaciones administrativas y financieras para que la funesta historia del ISS solo se recordara como una pesadilla que nunca volvería a ocurrir.
Pero en Colombia la realidad siempre supera la ficción y como sucede en una mala película de suspenso de Hollywood, los viejos problemas del Seguro resucitaron entre los muertos y se están volviendo a presentar en la nueva entidad que sólo lleva un año de vida y ya se ha cobrado la cabeza de un presiente, la salida de su alta gerencia y suma miles de demandas y tutelas. En poca palabras, el Seguro tuvo un cambio de 360 grados, en donde todo cambió para que nada cambie. Solo falta que se formen nuevamente el Colpensiones los 17 sindicatos que nunca dejaron prosperar el viejo Instituto de Seguros Sociales, que por décadas fue un sinónimo de corrupción y malos manejos.
¿Pero qué fue lo que logró hacer en un año el presidente saliente, Pedro Nel Ospina, un reconocido banquero de probada eficiencia? Heredó muchos viejos funcionarios que trastearon problemas administrativos, tecnológicos, rezagos de corrupción y hasta componendas políticas. Justamente los mismos problemas que llevaron al ISS a descapitalizarse y a agotar las reservas pensionales que las pagamos del presupuesto nacional. Colpensiones no ha logrado unificar las historias laborales de millones de colombianos que se hayan dispersas en más de 50 bases de datos. Recordemos que siempre que se nombraba un presidente del Seguro Social, lo primero que hacía era comprar un nuevo sistema para manejar las historias y los bonos pensionales, de tal manera que armaba una millonaria licitación y que a la postre convirtió al ISS en una verdadera Torre de Babel tecnológica.
A esto se suma que Colpensiones se convirtió en el depositario de miles de tutelas y demandas. El ISS le heredó cerca de 90.000 procesos judiciales, pero ya ido acumulando cinco o diez diarias. Lo preocupante es que en Colombia sigue haciendo curso que para obtener una pensión justa a la cual se le apostó con el ahorro obligatorio mensual, hay que acudir a los tribunales, sino Colpensiones no actúa eficientemente. El ministro Pardo tiene la palabra.