Revolución del carro eléctrico, con pendientes

El mes pasado, octubre, fue el mejor del año en ventas de carros nuevos en Colombia, más de 25.000 unidades se sumaron al parque automotor, cifra con la que también se superó 200.000 unidades en el acumulado del año corrido, números que alcanzarán al final de este 2025 unos 260.000 carros nuevos, dado que noviembre -con la Feria del Automóvil- y diciembre, con los descuentos y un dólar devaluado, serán los aliados para registrar buenas cifras.

Por el lado de las motocicletas, las noticias son mejores: de acuerdo con el informe mensual de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la Andi y Fenalco, se registraron 98.789 motos nuevas, un aumento de 33% frente al mismo mes de 2024. Es muy factible que al final de 2025, la cifra de motos nuevas vendidas en Colombia supere el millón de unidades, convirtiendo al país en el décimo mercado de mayor volumen en todo el mundo.

En medio de esa nueva bonanza en la venta de vehículos, cabe anotar que hay crecimiento en casi todos los segmentos en los que se destaca el récord histórico en los carros eléctricos, solo en octubre se vendieron más de 2.000 unidades; en híbridos otros 7.000 y no hay cifras unificadas en Fenalco ni la Cámara de Motos de la Andi en motos, pues estos vehículos no están completamente regulados por peso, potencia, matrícula, Soat ni certificación de la revisión tecnico-mecánica; en otras palabras el mercado creciente de motocicletas eléctricas está en el limbo, incluso las autoridades de tránsito no saben la norma que las regula.

Lo cierto es que con el paso de los meses las calles colombianas, en todos los pueblos y ciudades, se van a inundar de motos eléctricas asiáticas importadas a menos de mil dólares que le empezarán a competir a las bicicletas, motos y carros de baja gama usados.

No está lejos la realidad de ver unos 130.000 vehículos mensuales -carros, motos, eléctricos, gasolina o diésel- atestar más el envejecido parque automotor que necesita nuevas reglas, normas y plataformas digitales para garantizar la seguridad y la convivencia en la movilidad.

De momento, el país vive una calma chicha en materia de vehículos en el mercado que necesita nuevas maneras de ver el pico y placa, de uso en las áreas metropolitanas, pagos de peajes, estaciones de servicio e identificaciones con microchips que mejoren la seguridad nacional.

El parque automotor va a explotar, se va a modernizar, será más sostenible, pero importadores y ensambladores deben garantizar que hay mayor seguridad en términos de delincuencia y de los pasajeros.

El país con sus más de 20 millones de vehículos está experimentando una época de cambio que va a redundar en bien del medio ambiente, pero se debe mejorar más en función de la seguridad, los trancones y en general de la calidad de vida de las personas.

En el próximo lustro será frecuente que en los 14 millones de familias que hay en Colombia se contabilice un carro o una moto, quizá eléctricos, pero primero, los gobiernos de turno deben garantizar que el servicio eléctrico esté en condiciones y que el país energético tenga la suficiente capacidad para generar la demanda de los usuarios de motos y carros a los largo y ancho del territorio.

En la actualidad, hay municipios o barrios en ciudades que no pueden garantizarle energía permanente a una familia que quiera comprar una moto o un carro eléctrico, y esa es una gran asimetría por resolver.