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EDITORIAL

¡Que viene el lobo, que viene el lobo!

miércoles, 11 de enero de 2017
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Trump sigue hablando como candidato,  diciendo cosas temerarias, y esa situación obliga a asimilar la nueva realidad americana

 

El Pastorcito Mentiroso es una de las fábulas más populares de Esopo. Groso modo cuenta que en una aldea dedicada al pastoreo de ovejas, le encargaron a un joven pastor que vigilara y cuidara el rebaño de los lobos que merodeaban el área. El pastorcito era temerario y enviaba falsas alarmas a los aldeanos sobre ataques inexistentes de los depredadores, para que todos entraran en pánico y hubiera algarabía, mientras él gozaba con el caos de la situación. Para no hacer largo el cuento, el joven pastor abusaba de la broma hasta que la gente empezó por no creerle, y cuando la alarma de la llegada del lobo fue una realidad nadie lo creyó cierto y allí fue Troya. La moraleja, como buena narración del cuentero griego, es que “al mentiroso nunca se le cree, aún cuando diga la verdad”.

El cuento viene a colación porque el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viene amenazando con muros en la frontera con México; freno a los tratados de libre comercio; sanción a las empresas que no generen empleos formales en territorio de la Unión, y persecución sin barreras para los inmigrantes de dudosa estadía en su territorio. Todo un arsenal de propuestas temerarias que disuenan con la globalización, que mientras bien sonaban cuando era candidato a la Casa Blanca para los electores estadounidenses y generaban risa para los mercados emergentes, ahora se convierten en una realidad inminente, haciendo sonar campanas y alertando sobre lo que puede suceder en los próximos cuatro años en el libre mercado. Obligar a que una empresa como Ford abandone un proyecto de inversión en México o que Toyota haga lo propio en otros mercados y tengan que radicarse en Estados Unidos son acciones a las que hay que ponerles mucho cuidado. Más aún cuando se está demostrando que no hay muchas diferencias entre el Trump candidato y el Trump presidente.

Nada bien le sentaría a la economía global una eventual guerra por los inversionistas entre las grandes potencias mundiales y menos aún palos en la rueda al libre comercio entre países. Los mercados emergentes deben tomar nota de que Donald Trump ya es el primer mandatario del país más poderoso del mundo y que sucederán muchas cosas, tal como lo ha develado en su primera comparencia ante la prensa ayer en Washington: Trump siguió siendo Trump al presentar un futuro lleno de riqueza para Estados Unidos y de tremendas cosas, sin dar detalles de sus planes pero adelantando que “vamos a ser el mayor productor de empleo que ha creado Dios jamás”. No se trata de ser apocalíptico, sino más integrado con la realidad inmediata y saber entender el nuevo juego que le impone Estados Unidos a las finanzas internacionales, a los empresarios globales y al mismo orden de las cosas. Estados Unidos es y seguirá siendo el primer aliado de Colombia y debemos asimilar la nueva coyuntura.

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