MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
En Colombia se reza, “hecha la norma, hecha la trampa”, lo que aplica a la idea del ministerio de Minas de poner precios diferenciales a la gasolina para no dispersar los subsidios
La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, ha puesto sobre la mesa de discusión una muy polémica solución al necesario incremento del precio de los combustibles, que desde este mes se convertirán en lo que más presiona al alza todos los precios, en medio de una inflación a la baja, particularmente en lo que tiene que ver con los servicios públicos y los alimentos. La idea es que la tarifa de los combustible, fijada por una formula construida basada en los precios internacionales de la gasolina, se cambie para que el valor se incremente. Es cierto que Colombia es gran productor de petróleo en bruto y no es necesario ajustar el costo de la gasolina y el Acpm, pues el grueso del refinado se hace en las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja.
En cuentas claras, casi la totalidad de la gasolina y el diesel que usan los casi 18 millones de automotores que circulan en todo el país, se tanguean con un producto extraído y refinado en Colombia, por lo tanto no sería adecuado indexarlo a los precios internacionales como viene funcionando. Puede ser una argumentación simplista y hasta popular, pero cuando aparecen las finanzas de Ecopetrol en el juego las cosas cambian, pues la estatal petrolera debe competir en el concierto internacional, es una empresa que tiene una contabilidad compleja ligada a los precios internacionales del petróleo, el gas, la refinación, el transporte y todos los negocios verticales que le han puestos los distintos presidentes de turno.
Es como obligar a los cafeteros, los floricultores, bananeros o aguacateros, a vender sus frutos a precios locales, más barato en el país de producción, y no afectar los números de sus planes de negocios de exportación por tener campos de cultivos en Colombia. No es tan simple meterse a las finanzas de Ecopetrol y estabilizar el precio interno de la gasolina, menos aún dictarle al nuevo presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, la manera de vender su producido. Las decisiones de mercado deberían dejarse a los expertos en producción y finanzas internacionales, no se puede convertir la estatal petrolera en una Pdvsa venezolana destrozada por decisiones populista. Allí si nos podemos venezuelanizar. Dice la Ministra que “somos productores y más o menos 50% de nuestra gasolina, mezclada con 50% de gasolina importada, entonces creemos que no tiene total sentido que 100% del precio de la gasolina se tase con el precio internacional. Eso lo vamos a revisar en la metodología”.
Olvida la Ministra el papel macroeconómico de Ecopetrol, su importante rol en regalías, impuestos y dividendos que le entrega al Gobierno Nacional, por eso es importante que haya una opinión académica, técnica y especializada derivada del Ministerio de Hacienda, defendiendo el papel de Ecopetrol en las finanzas nacionales, no se trata solo de tanquear carros y motos, es algo más sofisticado que tiene que ver con la estabilidad de los ingresos de las arcas nacionales. De momento, al inicio de esta discusión se ve como un error monumental ponerle precios diferenciales a la gasolina, pues en Colombia hecha la norma hecha la trampa. Se imagina millones de motociclistas subsidiados con gasolina más barata taqueados cinco y seis veces al día para venderle a los carros particulares combustible más barato. La idea de la Ministra es fundar un nuevo mercado negro como el que funciona en Pasto y Cúcuta.
Caminamos a una crisis eléctrica y de gas, temas que serán protagonistas en la campaña electoral que viene y que pondrán a prueba la ideología y responsabilidad de los candidatos
El Banco Mundial cerró su doing Business por brotes de corrupción, ahora ha resucitado en forma de Business Ready, qué es y cómo ser más competitivas las empresas y la economía misma
Las cajas de compensación tejen país al lado de más de 800.000 empresas y 90.000 empleados y ya llegan a 70 años, ahora hay que diseñar cómo llevarlas a un estado mayor de desarrollo