¿Por qué no ha habido ministra de Hacienda?

El Banco Central Europeo también está preocupado con la brecha de género en las oportunidades laborales a las que pueden acceder sus economistas y acaba de aplicar drásticas políticas de diversidad para cambiar esa realidad fehaciente de que la cúpula de la institución es casi totalmente masculina. Su presidente, Mario Draghi, se ha puesto al frente para cambiar las cosas y apostarle a la visión femenina para abordar de otra manera los problemas de la economía contemporánea. Según El País de España, el Banco ha estudiado “la evolución de las condiciones laborales de los más de 1.000 economistas que han trabajado en el eurobanco en los tres últimos lustros y ha llegado a una conclusión sorprendente: solo con introducir un discurso favorable a los beneficios de una mayor diversidad en los puestos de responsabilidad se marcó un antes y un después. La brecha de género en los ascensos, como por arte de magia, desapareció (...) Si a un hombre le costaba seis años subir en el escalafón laboral, sus compañeras tenían que esperar nueve. Y si eran madres lo tenían más complicado”.

Ese parece ser un problema generalizado en países latinos en donde las mujeres poco llegan a cargos de primera dirección en la macroeconomía, que sigue siendo muy machista a simple vista. Es solo mirar el caso local en el que nunca ha habido una ministra de Hacienda en la historia, lo mismo sucede con una gerente general del Banco de la República. Si bien el gabinete ministerial de la administración Duque ha garantizado por primera vez equilibrio entre hombres y mujeres, aún no se llega al cargo líder de la cartera de economía, convirtiéndose esta en una suerte de pendiente por parte del Ejecutivo, pero más de las universidades, de los centros de investigación económica y de toda esa institucionalidad tácita que ha manejado el modelo económico del país desde hace varias décadas, que no se han preocupado por darle las mismas oportunidades que tienen los hombres a las mujeres.

No se trata de un clamor feminista preguntarse por qué no ha habido una ministra de Hacienda ni una gerente del Emisor, cuando el país tuvo, tiene y tendrá muchas mujeres muy preparadas para ocupar tales cargos. El llamado de atención se centra en que esta es una gran preocupación desde la banca multilateral y desde otros países cuando se revisa la coyuntura económica. La ausencia notable de más mujeres jugando papeles determinantes en la macroeconomía es una de esas inquietudes que siempre vale la pena revisar y sobre las cuales centrar la atención de vez en cuando, máxime cuando es un tema sobre el escritorio de instituciones como el Banco Central Europeo que ha puesto su situación como ejemplo de actuar sobre una realidad.

Está claro que una mayor diversidad de género entre los economistas podría enriquecer el debate y el desarrollo de políticas públicas mucho más asertivas. Países en desarrollo como Nigeria con Ngozi Okonjo-Iweala y Mozambique con Luisa Diogo, han demostrado que la ciencia económica no solo sirve para estudiar el fenómeno de la discriminación femenina y la falta de inserción de las mujeres en el mercado laboral y en cargos de poder, sino que verdaderamente hay que dar más oportunidades para que se revisen los modelos económicos con un sentido distinto al tradicional.