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Evolución demográfica en Colombia
Muchas empresas y bancos están reenfocando sus negocios en dirección a las personas mayores, que no solo tienen poder adquisitivo, sino que serán la mayoría de la población en 2030
A la luz de las cifras del Dane, en el país hay 14 millones de personas mayores de 50 años y 8 millones mayores de 60 años. Para 2045 alrededor de 22 millones habrá superado los 50 y 13 millones serán mayores de 60. La población mayor de 60 años para entonces será 63%, siete de cada diez colombianos estarán jubilados o pendientes de una pensión, lo que no es otra cosa distinta a sentenciar con datos reales que la economía colombiana -en solo dos décadas- aumentará su población de más de 50 años en 50% !Se envejeció Colombia¡ Y llama la atención que hoy hay 12.226 personas mayores de 100 años, 5.294 hombres y 6.932 mujeres.
Hacia 2030 los centenarios van a demostrar que la expectativa de vida ha aumentado con creces y que es urgente que la edad de jubilación se promedie con la de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, Ocde, que es de 65 años, no solo para equilibrar las cargas fiscales y desinflar los nocivos subsidios pensionales, sino para que el grueso de la población esté ocupada trabajando. Simultáneamente, a esta realidad, es clave hacer brillar que la tasa de natalidad viene cayendo muy rápido desde 2014 cuando nacían unos 669.000 niños hasta los poco más de 400.000 del año pasado. La tasa de fecundidad pasó de 3,2 (niños por mujer) en 1985 a 1,6 en 2024.
En la principal ciudad de Colombia, Bogotá, la tasa de fecundidad es 0,85, mientras que en Ciudad de México 1,6; en Buenos Aires 1,1; en Madrid, 1,1 y en Tokio 0,99. Unas cifras que demuestran que la economía colombiana debe girar para atender a las nuevas realidades demográficas. Ya hay grandes compañías financieras, constructoras, turísticas y de consumo, gravitando en torno a esta realidad que apura. El Club Plateado del Banco Popular es una de las estrategias, pero falta más, particularmente en lo que tiene que ver con educación, bienestar, entretenimiento y seguridad.
Las empresas tienen que perderle el miedo a los cambios en el patrón de consumo, al tiempo que deben adecuar las nuevas tecnologías, no solo para mejorar los servicios, sino para ir haciendo el recambio en la mano de obra que se necesita para ejecutar los trabajos. La migración de colombianos, al olor de lo mismo que está sucediendo en Chile, Uruguay o España, ha acelerado los procesos en Colombia donde aún la realidad demográfica no es un tema de debate ni discusión, pues la inseguridad, la incertidumbre y el frenesí político siguen ocupando las agendas.
Son varios los jinetes del Apocalipsis demográfico que cambiarán a Colombia hacia el futuro, factores que no son analizados ni enfrentados con políticas públicas acordes, tales como la caída en la tasa de natalidad, la migración de los jóvenes, el crecimiento de las personas en edad de jubilarse, jubiladas o buscando aún una pensión, variables que no solo van a redibujar la realidad del consumo, sino la oferta y la demanda de trabajadores.
Como siempre sucede y citando al desaparecido Álvaro Gómez Hurtado, “Colombia siempre está a la penúltima moda”, en este caso refiriéndose a los problemas poblacionales y de mano de obra que tendrán que enfrentar las empresas, que a su vez están sometidas a fuertes presiones de cambios tecnológicos basados en la inteligencia artificial, transición energética, globalización feroz y cambio en patrones de producción y consumo.
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