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La enseñanza universitaria obedece a modelos de más de un siglo pero internet está rompiendo la forma de enseñar y de acceso al conocimiento.
La noticia más socializada en redes sociales y en medios de comunicación formales, la semana pasada, fue que las prestigiosas universidades estadounidenses, Harvard y MIT, empezaron a ofrecer cursos gratis por internet como fruto del lanzamiento de edX, una ONG enfocada en brindar educación de calidad gratuita y para cualquier persona en todos los rincones del mundo. Si bien esta no es una iniciativa nueva, pues existen otras como TechCrunch, una startup de educación online que tiene a disposición cursos de otras Ivy League como Princeton, Stanford y Michigan, sí es ya una tendencia que hace pensar que la educación universitaria tradicional está obligada a rediseñarse.
Los imperativos globales como la educación para todos están obligando a las mejores universidades de todos los países a elaborar nuevos modelos de negocio educativos, más acordes con la realidad. Aún existen universidades que se niegan a liberar sus mejores contenidos educativos por internet, al considerar que no hay nada como la enseñanza “face to face”, pero la lección que están dando las redes sociales, en términos de encuentro virtual de personas y la materialización de relaciones físicas, más vibrantes, están obligando a la universidad tradicional a pensar que la educación de calidad sí puede ser escalable, en el entendido que un buen profesor puede tener miles de estudiantes en todos los rincones del mundo, en lugar de cursos de 50 o 100 por clase en un campus determinado. Las universidades del futuro más que grandes campus donde convocan estudiantes, deben contar con una infraestructura tecnológica muy sofisticada que pueda llevar el conocimiento desarrollado y administrado durante siglos a nuevos estudiantes sin presencia física.
El caso más estudiado sobre estas nuevas tendencias es el del profesor Sebastian Thrun, quien dejó Stanford para fundar UdaCity, proyecto que cuenta con 160.000 estudiantes de más de 190 países con calificaciones superiores. Lograr una nueva sociedad del conocimiento, en la que toda la población del mundo tenga acceso a la educación, solo se logra si los cursos en línea, a partir de la simple conexión a internet, se masifiquen en la labor magistral de un profesor pueda llegar a más estudiantes por nuevas interfaces que masifiquen ese conocimiento. En esa tendencia que cada vez se hace más realidad, solo tendrán oportunidad las universidades con una probada tradición de investigación y rigurosidad para la enseñanza. El modelo de negocio está inventado y tiene que ver con las matrículas y el sistema de certificaciones; la percepción de la gratuidad hace que se le reste valor, pero el acceso a títulos, diplomas y registros deben considerarse como logros por los que hay que pagar. Colombia ha progresado en calidad educativa universitaria, ahora debe apostar por la diversidad de las plataformas.
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