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Las devaluaciones a cuenta gotas del yuan se convierten en un desangre para los países exportadores de petróleo y minería.
China ha decidido finalmente informarle al mundo que su economía no va por buen camino y que la solución al problema se sale de sus fronteras y la economía global debe asumir los riesgos de una de las medidas que el gigante asiático había mantenido en el congelador con la idea de que todo lo podía arreglar con instrumentos internos. Ahora ha devaluado el yuan en varias jornadas para volver a ser competitivo.
Fueron varios los intentos del gobierno chino para demostrar que el poder interno de su aparato político y planificado lo podía todo: en el ultimo año redujo en cuatro oportunidades las tasas de interés, aumentó sin límite la capacidad de los bancos para prestar dinero y en el último mes le inyectó cuantiosos fondos al mercado bursátil.
Los efectos de la devaluación del yuan no se pueden desconocer y son de distinto tipo y proporción pues su influencia corresponde a la importancia que ha adquirido el país en el concierto internacional: su PIB ya no es el 2% del agregado como en 1980, sino de 16%, es la segunda economía del mundo y se ha convertido en determinante para la fijación de los precios de materias primas como petróleo, carbón y alimentos.
Pero ese mismo modelo que le permitió el milagro,da ahora evidentes muestras de agotamiento: gracias a los bajos salarios se convirtió en la fábrica del globo. Sin embargo, en solo diez años los salarios se han triplicado, sin que se presente la mejora requerida de competitividad en términos de tecnología, diseño, calidad y diferenciación de sus productos. Desde 2010 hizo la apuesta a estimular el consumo y la demanda interna a través de mecanismos heterodoxos.
El primer impacto de la depreciación del yuan es que debe tener pensando a la Reserva Federal acerca de un casi seguro aumento en las tasas de interés en Estados Unidos o si las próximas semanas es el momento oportuno para decidirlo: la devaluación del yuan estimula las exportaciones de China y hace que las ventas de Estados Unidos pierdan capacidad para competir más si se tiene en cuenta que el dólar se está apreciando en forma importante por otros factores. En el fondo, China le exporta deflación a Estados Unidos porque hace bajar los precios.
Latinoamérica, incluyendo a Colombia, tampoco puede ser ajena a lo que pasa en China. Pese a que las monedas de países como Brasil, Colombia, Argentina y México se han devaluado mucho más que el yuan frente al dólar, lo que ha hecho el gigante en los últimos días hará bajar más los precios de las materias primas, incluyendo las agrícolas. El 80% de las exportaciones de la región a China son petróleo y minería, en tanto que las importaciones son bienes de consumo y manufacturas que ahora se abaratarán aún más, pues es claro el objetivo de estimularsus ventas al exterior.
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