La economía depende de la vacuna

La economía de los países más desarrollados no levantará cabeza en el mediano plazo, o al menos eso es lo que muestran las últimas proyecciones. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde, acaba de revelar que en su conjunto el producto interno bruto de los países del G20 registró en el segundo trimestre del año un desplome sin precedentes de 6,9% respecto a los tres meses anteriores, cuando la caída fue de 3,5%.

En el primer trimestre la cifra había sido de -3,5% la más mala de la historia, ya entre abril y junio esta cifra llegó a -10,6%, y en la Unión Europea, a -11,4%. Las cifras más vistosas son las de India y Reino Unido, con retrocesos de -25,2% y -20,4%, respectivamente. China registra crecimientos positivos con 11,5% en terreno positivo en el segundo trimestre, en los primeros tres meses había retrocedido 10%.

Algunas cifras para tener en cuenta están Sudáfrica con -16,4%; Francia -13,8%, Italia -12,8%; Alemania -9,7% y Estados Unidos con -9,1%. México, que pertenece al foro de los países más fuertes en lo económico, cayó -17,1%, también la peor cifra de su historia. En junio la Ocde pronosticó una caída del PIB mundial de entre 6,1% y 7,6% para este año y crecimientos de entre 2,8% y 5,2% para el nuevo año, dependiendo de la evolución de la pandemia y la puesta de la vacuna en el mercado.

El gran problema es que si las grandes economías siguen con cifras en rojo, las emergentes y de frontera seguirán estancadas como es el caso colombiano que depende en su comercio mundial de las materias primas que le compran países del G20. No se ve una gran recuperación para el último trimestre del año y los precios de productos como el petróleo, el gas y el carbón siguen a la baja, lo que presagia que durante lo que resta de este 2020 las cosas serán muy duras si se mira en el espejo de los más desarrollados.

Pero siempre hay una luz al final de los malos datos y los indicios de una recuperación son más frecuentes. Jim O’Neill, ex ministro del Tesoro del Reino Unido plantea que “grandes sectores de la economía mundial están exhibiendo signos tradicionales de una recuperación en forma de ‘V’ del colapso inducido por la pandemia.

Los indicadores mensuales de muchos países muestran repuntes vigorosos en junio y julio, con un crecimiento proyectado de 10-15% del PIB real (ajustado por inflación) en el tercer trimestre, en igualdad de condiciones (...) Eso es lo que sabemos ahora a mediados de septiembre. Para tener más confianza en las perspectivas de una recuperación económica sostenida a fines de 2020 y en 2021, necesitaremos más evidencia del progreso hacia tratamientos mejorados y vacunas seguras y efectivas”.

Es una realidad que la recuperación de la economía global depende de la evolución de la vacuna, de lo contrario el mundo seguiría sometido a la dictadura de los rebrotes y el millonario costo de los tratamientos. O’Neill identifica una serie de cuestiones estructurales a considerar: la pregunta más urgente es si el G20 resucitará la cooperación internacional, como lo hizo después de la crisis financiera mundial de 2008, para sacar la economía adelante.

Mientras esto sucede en el concierto internacional, Colombia debe consolidar la apertura total de la economía para empezar a generar de nuevo los empleos destruidos. Es fundamental entender que las ayudas a países como el nuestro tardarán en llegar, quizá más que la vacuna.