Hay que ponerle cuidado a la caída de remesas

Vivir de los compatriotas que envían dinero del exterior es un comportamiento común en regiones como el Suroccidente, el Eje Cafetero y Antioquia, remesas que pueden representar más para sus economías que las exportaciones tradicionales y que se han convertido, a lo largo de los años, en un pilar de la economía.

Entre enero y diciembre del año pasado, las divisas que llegaron al país por envíos de personas en el exterior llegaron a US$9.429 millones, lo que significó un aumento de 9,67% frente a la cifra de 2021y un récord histórico en entrada de remesas a Colombia.

Entre las naciones desde donde se envió más dinero estuvieron España y Estados Unidos, que son los países que lideran mes a mes las cifras. Sin embargo, pese a que las remesas venían con tendencia alcista durante los primeros meses del año, en junio y julio registraron una caída.

Para el sexto mes del año, el monto fue de US$783,48 millones, 4,6% menos que el año pasado y si se hace una revisión a julio, la caída fue mayor, pues fueron US$761,61 millones, lo que significa 14,37% menos que en 2022, cuando se registraron US$889,45 millones.

Aunque para los primeros siete meses del año el acumulado suma US$5.634 millones, 5% más que para el mismo periodo del año pasado, cuando la cifra llegó a US$5.352 millones, es un tema al que las autoridades económicas tienen que ponerle cuidado.

Las remesas representan un dinamizador de la economía regional, que permiten mantener el gasto de muchos hogares que dependen de esos colombianos que han dejado el país para buscar oportunidades en el extranjero.

Pero su influencia en la economía va más allá, pues su poder dinamizador se evidencia en el negocio de las casas de cambio, la apertura de rutas aéreas internacionales desde regiones no tradicionales y la proliferación de oficinas de couriers financieros locales e internacionales que prestan el servicio de envío y recepción de divisas con comisiones para quienes reciben el dinero del exterior.

Las remesas representan un sector interesante, dinámico y fundamental para las economías regionales, principalmente. El gran problema es que el único patrón cronológico que existe en los crecientes envíos de dinero del exterior, es la incertidumbre de la tasa de cambio y los ciclos laborales en los países desde donde se envían los recursos.

Precisamente, de acuerdo con los expertos, las dos razones principales que explican la disminución de la entrada de dinero en junio y julio están relacionadas con esas dinámicas. La primera es que la economía estadounidense, el principal mercado desde el que se hacen los envíos, está ralentizando su dinámica, lo mismo que sucede con varios países de Europa, como España, otro gran contribuyente, que no están creciendo tan rápido como antes, lo que genera menores flujos.

La segunda razón que explica la caída es la reducción de la tasa de cambio, que durante el año pasado registró niveles más altos, lo que hacía que por el mismo número de dólares entraran más pesos a la economía. A las remesas hay que prestarles cuidado, más si se tiene en cuenta que son un rubro importante que termina financiando el déficit de cuenta corriente, ya que el desbalance de Colombia frente al exterior termina siendo cubierto por inversiones pero también por los envíos que los connacionales hacen desde sus nuevos lugares de permanencia.