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Mientras la moneda de Estados Unidos se pone a la par de las divisas duras, como el euro, en Colombia nadie hace apuestas sobre la tasa de cambio.
A solo 11 días de terminar este 2016, nada se hace más difícil que pronosticar la tasa de cambio de un dólar por cada peso. Mientras en los mercados internacionales, miremos solo la Unión Europea, el dólar toma la medida del euro, es decir se habla de una inminente paridad cambiaria, en donde un dólar valga exactamente lo mismo que un euro, en los países emergentes las cosas están a otro precio. Por ejemplo en Colombia, el peso vive un extraño fenómeno de revaluación frente al dólar y la estabilidad psicológica de $3.000 como tasa de cambio se aleja, o mínimo no se consolida, tal como lo esperan los exportadores, el Gobierno Nacional y los expertos economistas.
El fenómeno del dólar fluctuante se da por tres circunstancias coyunturales: el pacto de producción de petróleo firmado por los países exportadores de crudo que ha llevado a un barril de petróleo superior a los US$45; segundo, la entrada masiva de unos US$500 millones en remesas en época decembrina al mercado local, y tercero, las movidas tradicionales de divisas en el mercado secundario. Esas tres situaciones están haciendo que el dólar no cuaje en los $3.000 y que pierda valor en las últimas sesiones.
Hoy, la divisa empieza la jornada en cerca de $2.990 con tendencia a la baja si se miran los movimientos de última hora de ayer. Ahora bien, si se mira lo que está sucediendo en el mercado de divisas con óptica del viejo continente, tenemos que el rebrote de la amenaza terrorista y la tensión geopolítica por el asesinato del embajador ruso en Turquía son factores que contribuyen a nuevas revaluaciones en las divisas llamadas refugios seguros en Europa, tal como sucede con el dólar, el yen y el franco suizo, esta última ha subido a sus máximos en el último semestre si se compara con otras monedas de libre flujo en la Unión Europea. En medio de esta coyuntura no se puede desconocer la subida de tasas dictada por la Reserva Federal la semana pasada, que si bien estaba cantada no se había dado por pura milimetría política que abonan las expectativas de nuevas subidas de los tipos de interés durante el año que comienza en 11 días.
Todo esto ha generado luces de alerta en el mercado de divisas global porque este año cerrará la base de cambio euro-dólar en promedios de US$1,03 por cada euro, el cambio más bajo en más de una década. En conclusión son muchos los elementos inciertos que se deben tener en cuenta a la hora de atreverse a pronosticar cuántos pesos le darán por un dólar o si es mejor llevar dólares o euros para hacer turismo en Europa. Recordemos que el Banco de la República es un jugador muy importante en el mercado de divisas local y que en pocas semanas tendrá tres nuevas caras en su estructura: gerente general y dos codirectores que seguramente tendrán nuevas ideas y tal vez puedan cambiar de doctrina en términos de tasa de cambio y de tasas de intervención en el mercado.
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