En el empleo también debe haber equidad

El Presidente es muy bueno en hablar de equidad en regalías y en impuestos, pero en desempleo no se habla del asunto

El discurso económico del presidente Santos es muy ajustado a la realidad que hoy vive el país. Supo desprenderse del mono tema de la seguridad democrática para darle paso a la llamada prosperidad democrática. Y en medio de esa transición conceptual y política, que le costado muchos detractores de oficio, se empezó a hablar de equidad en varios frentes bastante chocantes, como lo son los impuestos y la distribución de las regalías.

Era apenas natural que llegara un Presidente de la República con todo el país en la cabeza, que sacara adelante la necesaria redistribución de las regalías para todos los colombianos no solo para unos pocos, y con el agravante de que esos pocos las feriaban en contratos corruptos. Esa es quizá la mayor revolución que ha experimentado el país social en mejoramiento de la equidad. Ya se observa en remotos municipios el impulso de un dinero que no esperaban y que antes no tenían por no contar en su territorio con petróleo, níquel, oro, gas o carbón.

La anunciada reforma tributaria que será presentada esta semana en el Congreso, también tiene esa filosofía marcada por la equidad. El Ministerio de Hacienda quiere que sean más los colombianos que tributen proporcionalmente a sus ingresos o riquezas. Hasta ahora, una persona de mejor posición económica tributa menos que un colombiano que solo vive de su salario. Ese defecto viene de tiempo atrás cuando las reformas tributarias eran organizadas silenciosamente en clubes, en los pasillos del Congreso y en las reuniones con los gremios de la producción. Los lobistas abundaban más que los técnicos de Hacienda e imponían sus beneficios en contra de los intereses de los colombianos.

El proyecto de ley no se conoce aún, pero es similar en su estructura al ideado hace un par de meses por el ex ministro, Juan Carlos Echeverry. No es estructural, pero si es equitativo y eso están bien como una primera fase de organización de los tributos. Pero esas dos revoluciones, la equidad en las regalías y la equidad en los impuestos, no ha llegado al empleo. Ayer se conoció que la tasa de desempleo para agosto pasado estaba por debajo de un dígito y que muchos de los centros urbanos tenían registros por debajo del 10%.

Lo que no se ve es que esa generación de nuevos empleos solo se dan en Barranquilla, Cartagena y Bogotá, y que ciudades como Popayán, Quibdó y Pereira, siguen ancladas en índices cercanos al 20%. A todas luces, no hay esa equidad de las regalías y los impuestos en la generación de empleo. Se trata de que el Ejecutivo lleve a todo el país las bondades y privilegios de los tratados de libre comercio, sino los departamentos con el orden público agitado y sus comunidades empobrecidas, siempre serán los mismos.