El suministro de gas entra en la guerra

Las alteraciones continuas del orden público, la reforma tributaria, los diálogos de paz, la inflación o el simple encarrile del nuevo gobierno, son situaciones hacen que los colombianos no presten mucha atención a lo que está pasando en el mundo desarrollado, especialmente para citar el caso europeo. El viejo continente enfrentará en las próximas semanas su primer invierno sin gas ruso, una situación inédita que no había experimentado antes. Los países de la Unión compran cerca de 40% de su gas a Rusia y luego de la invasión de este país a Ucrania, las sanciones económicas los obligan a suspender dichas compras e irse en busca del combustible de Noruega, Argelia o Marruecos.

El panorama no mejora en nada y en lugar de verse una luz al final del túnel, las cosas se complican. Esta semana se presentaron tres fugas simultáneas en dos gasoductos rusos (Nord Stream 1 y 2) ubicados en el mar Báltico y que van desde Rusia hasta Alemania, situación que pone en jaque la estrategia europea de diversificación energética que pretendía no depender del combustible ruso. Hace pocos días, Vladímir Putin había condicionado la reanudación del flujo de gas a través del oleoducto Nord Stream al levantamiento de las sanciones que Occidente le impuso para restringir los ingresos por hidrocarburos con los que seguramente se está financiando el conflicto. Es el comienzo de la peor crisis energética en la historia reciente y la primera que tiene al gas natural como protagonista. Los precios del gas natural se han incrementado en todo el mundo desde que inició la invasión.

En una suerte de efecto colateral, los mayores productores en América Latina han visto mejorar sus números de producción e ingresos: Brasil produce 1.400 millones de metros cúbicos; México 1.199 millones de metros cúbicos; Colombia, con 541 millones de metros cúbicos; Venezuela, con 471 millones de metros cúbicos; Ecuador, con 362 millones de metros cúbicos; Guyana, con 73 millones de metros cúbicos; y Trinidad y Tobago, con 53 millones de metros cúbicos. Si bien los países más demandantes de gas no miran hacia la región, de momento, la alta sensibilidad del mercado puede infartar la infraestructura energética global.

El gran problema ahora es que el sabotaje al Nord Stream ha supuesto ingreso de agua salada a las cañerías, lo que podría hacer que las mismas se vuelvan inutilizables, de acuerdo con la prensa internacional y retardaría cualquier normalización de la situación. Dicho por los expertos, es un hecho que gran parte del gas que se produce a nivel global va a ser llevado a Europa, independientemente de su ubicación, razón por la cual se empezará a convertir en un commodity fundamental para la reactivación y para mantener las economías latinoamericanas.

El nuevo Gobierno Nacional debe tener una hoja de ruta clara sobre el suministro de gas natural y sobre todo garantizar un precio adecuado que no varíe e impacte en la inflación. Lo que hasta hace pocos meses se veía como un conflicto lejano ya es una realidad en los recibos del gas en los hogares. Rusia es el segundo mayor productor de gas con una producción de 701.000 millones de metros cúbicos al año, el primero es Estados Unidos con 934.200 millones de metros cúbicos anuales, este panorama hace que la guerra pueda escalar y poner al gas en el meridiano político internacional.