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EDITORIAL

El siempre agridulce barril a US$100

martes, 4 de abril de 2023

La Opep (más Rusia) ha dado un golpe de mesa y recortado la producción de petróleo para hacerlo saltar de precio, una noticia casi siempre agridulce para la economía colombiana

Editorial

La economía colombiana no puede negar su estrecho vínculo con los precios del petróleo, no solo porque produce cerca de 800.000 barriles diarios, que son exportados casi en su totalidad, lo que convierte al crudo en el principal producto de venta del país en el exterior, sino porque los dividendos del lucrativo negocio representan el mayor ingreso para las arcas nacionales.

Por cada dólar que sube el precio del petróleo brent, al país le entran más o menos US$130 millones, siendo realmente el “oro negro” o la cuarta parte de las exportaciones colombianas y la espina dorsal de los ingresos por impuestos, unos $10 billones.

Y si la Opep (más Rusia) decide recortar la producción en un millón de barriles es una noticia que se puede aplaudir, pues el precio seguramente volverá a los US$100 durante el segundo semestre, lo que es muy bueno para el Gobierno Nacional, curiosamente en un momento en el que se ha declarado a las industrias extractivas como nocivas y las cuales no se van a promocionar durante este cuatrienio, pero la realidad es la realidad y Colombia sigue dependiendo de los combustibles fósiles, no solo para vender sino para mover la economía.

La Agencia Internacional de Energía esperaba un aumento de la demanda a finales de este año, ahora con este anuncio el panorama de los precios va a cambiar favorablemente para los productores y no tanto para los importadores de gasolina y otros derivados, entre ellos la economía local que aún compra la totalidad del combustible para aviones y de mejor calidad, productos que no se refinan en Cartagena ni Barrancabermeja.

El panorama será agridulce, pues el Gobierno Nacional va a recibir una buena cantidad de dinero, lo que pondrá feliz al Ministerio de Hacienda, pero al mismo tiempo será un dolor de cabeza para el Ministerio de Minas, que tendrá que seguir aumentando los precios mensuales del galón de gasolina por su componente de importación. Ahora bien, el riesgo de un nuevo impulso inflacionario para la economía mundial y local es evidente dado que el transporte internacional, vía combustibles, se pondrá más caro.

El crudo brent, la referencia internacional que más le importa a Colombia, subió hasta 8,4% en torno a US$84 el barril, un número que no se veía desde hace rato y se pone como punto de partida para las ventas a futuro del próximo invierno.

Es un hecho que esta jugada político-económica de la Opep más Rusia está milimétricamente calculada para garantizar los ingresos petroleros de éstos países, pero también para no aflojar el cerco de los precios sobre Europa, que no ha podido encontrar combustibles más baratos tras más de un año de la guerra en Ucrania, lo que hace presagiar que la variación de precios se mantendrá por varios meses más, manteniendo el frente de los combustibles abierto sobre la Unión Europea que sigue dependiendo de petróleo y gas importado.

En términos locales hay movidas en el sector petrolero que son dignas de preocupación, la primera el cambio en el liderazgo de Ecopetrol, y la segunda, la decisión deliberada del Gobierno Nacional de bajar el ritmo de producción y exploración, que si bien se ha ido desinflando, sí se siente en los contratos con las compañías que operan en el país. Colombia debería aprovechar mejor los precios internacionales para vender más y a mejor precio, pues la transición va a llegar tarde o temprano y es mejor aprovechar este recurso antes de que sea un bien obsoleto.

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