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Datos macro de Ecuador
Semana decisiva para las elecciones en Ecuador, país clave por seguridad, dolarización y economías subterráneas, crítico si gana la opción del expresidente Correa
Es una gran mentira decir que la frontera que Colombia comparte con Ecuador es de solo 586 kilómetros. La verdad es que se deben sumar la enorme costa sobre el Océano Pacífico de 1.300 kilómetros, que se han convertido en un auténtico lejano oeste en donde pululan delincuentes de todo tipo: carteles mexicanos, grupos locales, guerrillas de ELN y las viejas Farc, en medio de un abandono total del gobierno ecuatoriano y el colombiano.
Allí florece una incipiente nueva república anárquica que tejida a través de economías subterráneas basadas en la cocaína, la trata de personas, la extorsión, la minería ilegal, todo facilitado por vivir a espaldas del Palacio de Carondelet y la Casa de Nariño que literalmente solo se enteran de lo que allí sucede por las noticias judiciales que salen de la Provincia de Esmeraldas hasta el Departamento del Valle.
Un verdadero cóctel molotov que estará en vilo esta semana cuando se realicen las elecciones en Ecuador que enfrentan al actual mandatario, Daniel Noboa, y a la izquierdista, Luisa González, de las huestes del expresidente, Rafael Correa, quien fuera uno de los socios de Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega, entre otros de los cofundadores del nefasto socialismo del siglo XXI.
De acuerdo con algunos sondeos, todo irá a segunda vuelta, pero de momento hay una sombra gris que presagia la mano negra en ese país de otros gobiernos populistas de la región. La protegida del expresidente Correa, lidera la intención de voto, seguida de cerca por Noboa, en esta última semana, noticia que no es nada buena para Colombia porque -no se puede olvidar- que fue este mandatario quien desmanteló la Base Naval de Manta regida por Estados Unidos y que desde entonces el narcotráfico se ha disparado en la región desestabilizando el Pacífico colombiano y dinamizando las hectáreas de coca en todos los departamentos del suroccidente colombiano.
En 1998, el presidente ecuatoriano, Jamil Mahuad, adelantó la instalación de una base militar estadounidense en una provincia del litoral ecuatoriano; al mismo tiempo, en Colombia, gobernado por Andrés Pastrana, se suscribió el Plan Colombia fundamentado en el apoyo binacional de la Iniciativa Andina Contra las Drogas y el Foreign Military Financing.
El monto de ayuda económica fue superior al que Estados Unidos les daba a los países de Medio Oriente, unos US$10.000 millones, pero con la llegada de Chávez al poder en 1999, todo se fue al traste, lo que se consolidó cuando Correa logró ser mandatario ecuatoriano de 2007 a 2017.
Lo peligroso para la estabilidad de la región es que Luisa González logre la Presidencia y Ecuador se convierta en el nuevo aliado de Venezuela, Cuba y Nicaragua, países que profundizan sus dictaduras socialistas sin resultado alguno para sus poblaciones en materia de pobreza y desarrollo.
Ecuador, al lado de Perú y Bolivia, son países en donde proliferan los cambios presidenciales, las democracias son inestables por la pugnacidad entre sus congresos y sus poderes ejecutivos; si Ecuador vuelve a caer en el lado izquierdo del espectro político latinoamericano, las cosas se complicarían mucho más, pues Estados Unidos con un presidente como Donald Trump podría endurecer las relaciones comerciales con la región, que a su vez reforzaría la vocación migrante e insegura que ha tenido desde hace un par de décadas.
Aunque las medidas del mandatario de EE.UU. buscan proteger la industria de su país, podrían redundar en represalias bastante costosas y alzas de precios a consumidores
Los viajes internacionales del Presidente son muy importantes en un mundo interconectado, pero no es el momento de irse del país cuando se han solicitado renuncias protocolarias
Colombia no se puede seguir dando el lujo de ceder terreno en la exploración, producción y exportación de hidrocarburos, seguir con esa terquedad puede ser nefasto para el futuro