MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Agregue a sus temas de interés
La semana que comienza es quizá la más importante para la historia de la UE. si Gran Bretaña sale de la Comunidad, otros harán lo mismo
El mundo, y en particular Europa, pueden estar en las puertas de cambiar su ruta en caso de que el Reino Unido decida abandonar la Unión Europea, en una decisión por referendo que se realizará este 23 de junio. Ese día, sus ciudadanos deberán responder sobre una pregunta que muchos pensaban nunca se daría: si Reino Unido debe seguir siendo parte del bloque político y económico más importante del mundo, pues nunca antes un miembro lo ha abandonado y por el contrario se ha expandido al punto de tener ya 28 naciones haciendo parte.
Brexit es la palabra de moda por estos días en el viejo continente, pues significa la opción de salida de la quinta economía del mundo de la Unión Europea, expresión que abrevia los vocablos Britain y Exit. Aunque técnicamente el parlamento podría bloquear el Brexit, políticamente parece improbable ir contra la voluntad popular. Por encima de cualquier consideración, lo primero que se debe concluir es que una decisión en favor del retiro sería un golpe muy fuerte a la idea de integración política y económica que se dio luego de la Segunda Guerra Mundial, superando las fases de integración que pasan por un mercado común, una comunidad económica, hasta llegar a la máxima instancia que es la unión económica (UE), que implica temas tan importantes como una moneda única, aunque Gran Bretaña no dio ese paso. Una decisión en favor de irse podría inducir a otros Estados a tomar ese camino.
La opinión ciudadana está polarizada. Quienes defienden la permanencia ven un horizonte pesimista si gana la salida, sosteniendo que se daría una crisis económica, una caída de la inversión en los servicios públicos y de la inversión extranjera. Esta posición cree que el país se beneficia mucho estando en la UE porque puede vender sin restricciones a otros países. Por el contrario, quienes propugnan por la salida aseguran que la UE bloquea el desarrollo de Reino Unido, que es más lo que da el país que lo que recibe y que las restricciones regulatorias son excesivas. Su deseo también es que el Reino Unido recupere el control de sus fronteras para limitar, entre otras cosas, la entrada de extranjeros.
Las relaciones entre la Gran Bretaña y la UE han sido complejas, con lo que ha conseguido condiciones especiales, como la de darle un status privilegiado a Londres como centro financiero y limitaciones a los servicios que reciben ciudadanos de otros países cuando se establecen en Reino Unido. Sin embargo, hay que admitir que ese sentimiento anti-UE se ha extendido porque se cree en las economías más grandes que cargan con los problemas de otros y entre las menos pudientes, caso Grecia, se considera que no se recibe el apoyo suficiente. La inmigración ha producido el segundo factor de inconformidad, pues se cree que la llegada de extranjeros en forma masiva, la mayoría jóvenes que quieren trabajar, desplaza la mano de obra local y genera problemas en distintas áreas.
La bulla o la magnitud de las marchas del pasado domingo no hicieron cambiar de parecer a los senadores que empujaron la pensional a sus últimos debates en la Cámara
Es la peor ejecución del Presupuesto en los últimos tres años, un problema en el que el Presidente es el máximo responsable por no poner indicadores de gestión para los ministros
El Gobierno Nacional no se puede quedar en el diagnóstico de la crisis energética actual, debe solucionar el problema con proyectos de generación, de transmisión y exploración
