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La exitosa compañía de Jeff Bezos se abre paso en el mercado financiero al ofrecer préstamos a empresas, una noticia que no puede pasar en silencio
Hace un par de semanas Financial Times publicó un artículo titulado “Amazon to ramp up lending in challenge to big banks”, en el que contaba cómo la multinacional de Jeff Bezos acabada de aterrizar en el sistema financiero. La noticia no fue muy difundida porque solo habían pasado pocos días de un anuncio similar: Amazon acababa de hacerse con Whole Foods Market, la cadena de supermercados de productos ecológicos más grande del mundo. La operación financiera que hizo Bezos, para quedarse con la promisoria empresa, fue pagar las deudas acumuladas de la cadena estadounidense por un costo total de US$13.700 millones.
Dos jugadas que se suman a las inesperadas compras como la del periódico, Washington Post, en 2013 por una pírrica suma de US$250 millones; la apertura de una gran cadena de 400 nuevas librerías físicas y experimentos sociales de consumo directo, como el supermercado Amazon Go.
La noticia del Financial Times sugiere la posibilidad de que Amazon se meta al negocio de los banqueros, “quienes desde hace tiempo están inquietos por el avance de las iniciativas Fintech”. Los especialistas en el fenómeno económico, definen sus estrategias empresariales como la reivindicación de las economías de escala que dinamizan su propia actividad para aumentar su oferta. Es una suerte de FaceBook donde miles de empresas utilizan la plataforma de Amazon para vender en todo el mundo. Si la innovación de Zuckerberg se nutre de la actividad social de las personas, los que desarrollan el marketplace de Amazon son las empresas que encuentran en sus servicios la manera de llegar a mercados nunca antes imaginado.
El punto disruptivo es que la plataforma tecnológica Amazon Web Services (AWS) ha crecido de manera frenética en todas las corporaciones amenazando no solo los sistemas nacionales de tributación, sino las redes logísticas en todo el mundo. Ahora bien, toda esta telaraña sustentada con la más potente tecnología solo se mueve si hay capitales frescos dispuestos a financiar jugadores de la AWS, por tanto, ofrecer servicios financieros es el paso que acaba de dar Amazon y que seguramente se convertirá en el Uber de los bancos tradicionales.
Siempre se pensó que la competencia de los bancos llegaría de la mano pirámides oscuras alojadas en las redes sociales, pero nunca se había visto a los tradicionales barones de la red como Google, Amazon, FaceBook o Twitter como los jinetes que competirán con la banca, tal como hoy la conocemos. Amazon tiene muchas ventajas porque conoce las empresas por dentro. Es como si FaceBook tuviera acceso no solo a nuestras fotos sino a nuestras cuentas de ahorro y nos ofreciera préstamos porque conoce de primera mano nuestras finanzas personales. Eso es lo que hará la división de préstamos de Bezos, al partir de la plataforma tecnológica que conoce las empresas. Además, puede seguir en tiempo real de las operaciones del productor y el consumidor, es decir, la evolución de las ventas y el reflejo en la caja. Este servicio abre posibilidades insospechadas de desarrollo bancario que romperá con todo lo tradicional, podrá hacerle seguimiento de la satisfacción de clientes, incluso pondrá en aprietos las fuerzas de ventas.
La cuarta revolución industrial está aún calentando para hacer un desembarco que, tal como las cosas pintan, será más disruptivo de lo que imaginamos.
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