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Tenía razón el presidente Juan Manuel Santos, cuando al inicio de su dialogo de paz en La Habana, nos pidió paciencia, porque como él mismo lo afirmó, seguramente las acciones violentas de la subversión contra nuestros compatriotas y contra el país se iban a incrementar. A sabiendas de lo que iba a suceder, el jefe de estado, se embarcó en un proceso de paz en el que el pueblo no cree y los protagonistas, los señores de las Farc, vienen incendiando el país.
El avance de la subversión de marca mayor y lo que ha sucedido durante las 3 semana del presente mes, habla por sí solo sobre el destino amargo al que nos dirigimos si no se da un viraje de 180 grados en los diálogos de La Habana: El 3 de octubre una escalada terrorista derribó cinco torres de energía en el sur del país, el atentado dejó sin fluido eléctrico durante 8 días a más de 300 mil habitantes en los municipios de Tumaco, Barbacoas, Magui, y Roberto Payan en el departamento de Nariño, simultáneamente, los subversivos detonaron explosiones que volaron el oleoducto trasandino en el municipio de Ricaurte.
El 4 de este mes, guerrilleros de las Farc asesinaron en el área rural del municipio de Solano, Caquetá, a dos soldados e hirieron a otro uniformado y a una civil. El 7 de este mes 3 ataques de la guerrilla dinamitaron el oleoducto Caño Limón Coveñas en Arauca y Norte de Santander, provocando el derrame de crudo y la contaminación de dos ríos. En Barrancabermeja y en Canta Gallo, sur de Bolívar se produjeron atentados contra un gasoducto y un poliducto, lo que generó la suspensión del suministro y el cierre de 30 pozos. También se registraron otras 2 explosiones que afectaron el gasoducto Galán-Sebastopol.
El 9 de este mes los subversivos del frente 59 de las Farc, dinamitaron un tramo del gasoducto Antonio Ricaurte, que transporta gas desde Manaure, en la Guajira, hasta el estado de Zulia en Venezuela.
El 10 de este mes fueron dinamitadas cuatro torres de energía en el departamento de Nariño. Los guerrilleros también destruyeron subestaciones ubicadas en el Cauca. Los atentados dejaron sin energía parte de los municipios de Bolívar, Mercaderes, Florencia, Santa Rosa, San Sebastián, Almaguer y La Vega, Toribio y Caldono.
El 10 de este mes las FARC secuestraron al patrullero John Freddy López en Mercaderes, Cauca.
El pasado 12 de este mes las FARC iniciaron un paro armado en el Chocó, que obligó a suspender el desplazamiento de los habitantes y la mayoría de sus actividades. El mismo día, las Farc atacaron un puesto de policía en Bellavista, Chocó y una base militar en Rio Sucio, matando un soldado, igualmente incendiaron una avioneta en Vigía del Fuerte y un bus en la vía Quibdó - Yuto a 20 minutos de la capital de Chocó.
El 13 de este mes en Uribía, Guajira, el frente 59 de las Farc destruyó 300 metros de línea férrea descarrilando 43 vagones cargados de carbón del Cerrejón, lo que produjo el vertimiento de 4.730 toneladas del mineral.
Ese mismo día las Farc destruyeron 3 torres de energía en Dibuya, Guajira y un artefacto explosivo sembrado por la guerrilla hirió 8 personas en Anorí, Antioquia. El 15 de este mes los subversivos destruyeron un puente sobre el rio Maldivá en Santander de Quilichao, Cauca, cuya explosión destruyó 10 casa y dejo decenas de heridos.
El 16 de este mes en Puerto Valdivia, Antioquia, el frente 18 de las Farc atacó un bus de servicio público, matando a un civil e hiriendo a 4 más.
Mientras los subversivos cobran vidas humanas y destruyen la riqueza nacionales, el presidente Santos mantiene la orden de no erradicar la coca en el Catatumbo, con cuyo producido los violentos financian parte de su plan terrorista.