.
ANALISTAS

Venezuela en cifras

lunes, 14 de abril de 2014
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

Este pasado jueves 10 de abril se reunió el gobierno venezolano, en cabeza del presidente Nicolás Maduro, con la oposición comandada por Henrique Capriles. La canciller colombiana, María Ángela Holguín, también estaba presente en la trasnochadora jornada, acompañada de otros cancilleres de la región. Sin embargo, la retórica y la demagogia estuvieron por encima de las ideas coherentes para sacar a Venezuela del hueco en el que se encuentra.

Más allá de la retórica, los problemas de Venezuela, que partieron de decisiones políticas, son el resultado de las desacertadas decisiones en materia económica de los últimos 15 años. Una mirada a algunas cifras macroeconómicas de nuestros vecinos dan un indicio del panorama macroeconómico actual, que sin duda repercute en el ciudadano de a pie y que se está reflejando en todas las calles venezolanas.

Según datos del Banco Central de Venezuela (BCV), las reservas internacionales pasaron de US$43.127 millones en 2007 a US$21.481 millones en 2013. En cinco años se redujeron a la mitad, una caída de 50%. La deuda externa total (sector público más privado) pasó de US$ 40.820 millones en el año 1999 (primer año del gobierno de Hugo Chávez) a US$118.766. Casi que se triplicó la deuda externa en los quince años del socialismo del siglo XXI. Venezuela es uno de los países con mayor riesgo de default de deuda soberana. Sin duda la creciente deuda soberana socava las reservas internacionales.

Por otro lado, el problema de la abultada deuda soberana se ve amplificado por el régimen cambiario en Venezuela. El tipo de cambio fijo en Venezuela es, sin duda, una de las malas decisiones de política económica. En 2008, la tasa de cambio nominal era de 2,15 bolívares por dólar. En 2010 hubo dos tasas alternativas, 2,6 y 4,3 bolívares por dólar. En el 2013 volvió a aumentar a 6,3 bolívares por dólar.

Uno de los efectos de una tasa de cambio fija durante largo tiempo es que la única alternativa para generar competitividad externa, para las empresas venezolanas, es aumentar los precios, lo cual se refleja en el aumento del IPC. En el 2013 la inflación fue 45,5%, en el 2012 de 18,5% y en el 2011 de 24,5%.

Otro de los efectos de la tasa de cambio fija es que cada dos o tres años que se devalúa el bolívar la deuda externa en bolívares aumenta en la misma proporción en la que se devalúa la moneda. Un país que es dependiente de un solo producto, el petróleo, no tiene muchas alternativas para generar dólares vía exportaciones no petroleras, a menos que el precio del petróleo se duplique o se triplique, cuestión que no parece plausible en el corto y mediano plazo. Las devaluaciones cada dos o tres años no son una buena política para el sector empresarial.

Un problema adicional es que Venezuela históricamente ha dependido del petróleo y es bien conocido que un país que no maneje bien los ingresos generados por las exportaciones de recursos naturales puede caer en “La maldición de los recursos naturales”. En 2013 en el rubro de exportaciones de bienes, las exportaciones no petroleras eran solo 3,75% del total de exportaciones. Sin embargo, las exportaciones petroleras fueron 96,25% del total de exportaciones de bienes. ¿Qué pasará cuando no haya petróleo?

Las malas decisiones económicas que surgieron de decisiones políticas en los últimos 15 años, entre las cuales se cuenta el régimen de tasa de cambio fija, han sido una de las causas del descuadre macroeconómico en Venezuela. Si a esto se le suma el desincentivo a la inversión privada y la fuga de capitales de inversión directa, entonces desde hace un tiempo se estaba cocinando el levantamiento social, dada la alta inflación y la escasez, producto de las malas decisiones políticas.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA