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domingo, 26 de abril de 2015
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Muchos de ustedes recordarán los diferentes retos que enfrentaba nuestra caficultura durante la primera década de este siglo. En esa época teníamos un consenso sobre la necesidad de penetrar los segmentos de valor agregado, hacer presencia en los segmentos de cafés especiales y, posteriormente, asumimos el desafío de renovar nuestros cafetales con variedades resistentes para optimizar la productividad y erradicar la roya de nuestra caficultura.

Estos retos, entre muchos otros objetivos, se plantearon en los planes estratégicos e iniciativas institucionales que aprobaron los productores colombianos en diferentes Congresos Cafeteros. Una vez recibido el mandato, la Federación se dedicó a cumplir esos cometidos, con estrategias articuladas, trabajo y visión de futuro.

Pues bien, en las últimas semanas hemos sido testigos de los numerosos y significativos avances que la caficultura colombiana ha alcanzado en estos frentes. Prueba de ello es lo acontecido en el pasado campeonato mundial de baristas, el segmento de la industria que marca tendencia en el mercado moderno del café, celebrado durante la Feria de Cafés Especiales de la SCAA que se realizó este mes en Seattle, Estados Unidos. El nuevo campeón mundial de barismo, proveniente de Australia, utilizó café colombiano. Pero no solo lo hizo él; tres de los seis finalistas y cinco (Australia, Hong-Kong, República Checa, Italia y Reino Unido) de los doce finalistas también lo hicieron, así como muchos otros competidores, incluyendo a Diego Campos, el barista nacional que ocupó la decimotercera posición utilizando también, obviamente, café colombiano. Definitivamente hemos logrado revertir la percepción de que el café colombiano no era suficientemente especial para preparaciones basadas en espresso. Contrario a lo que sucedía hace diez años, hoy en día Colombia es sin duda uno de los actores más importantes en este segmento.

Parte de este trabajo de posicionamiento lo hemos logrado con estrategias de comunicación e involucramiento con baristas, las cuales han sido complementadas con acciones en campo apoyadas por el servicio de extensión en todos los departamentos del país, así como por una positiva dinámica de concursos de calidad. El más conocido de todos, la Taza de la Excelencia, ya cumplió su edición número 13, y en esta semana celebró su última subasta internacional. Se subastaron lotes de 31 caficultores provenientes de varios departamentos cafeteros. Compradores de países como Australia, Corea, Estados Unidos, Holanda  y Alemania, así como de Colombia (incluyendo a las Tiendas Juan Valdez) compraron estos lotes a un promedio de US$5,65, generando mayores ingresos y bienestar a los productores involucrados, y abriéndoles así la puerta para desarrollar relaciones comerciales sostenibles y duraderas con los segmentos más sofisticados de la industria.

Durante la Feria de Cafés Especiales de Norteamérica también tuvimos confirmaciones sobre las positivas conclusiones de la industria cafetera del mundo sobre nuestros avances en renovación con variedades resistentes. En efecto, el componente académico del Simposio de la SCAA y de la feria se presentó un importante trabajo cuya conclusión ratificó lo que la Federación ha venido sosteniendo por varios años: las variedades Caturra y Castillo, cultivadas y procesadas en condiciones similares, no presentan diferencias sensoriales y de calidad significativas atribuibles a la variedad.

El estudio “Comparación de la calidad de cafés de Nariño según variedad”, se llevó a cabo por iniciativa de la ONG Catholic Relief Services (CRS) en colaboración con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), el World Coffee Research y la firma Songer y Asociados, con el apoyo de catadores internacionales y especialistas de diversos países, así como por empresas exportadoras como Virmax y de la Federación Nacional de Cafeteros, empleó rigurosas y sofisticadas técnicas de muestreo y análisis estadístico. Con base en este sofisticado estudio se ratifica la calidad de nuestra ciencia y de los científicos de Cenicafé, así como su seriedad y compromiso para no solo obtener variedades resistentes a la roya, sino también que nos permitan seguir consolidándonos como el líder de los cafés suaves de alta calidad en el mundo.

No solo hemos avanzado en percepción y reconocimiento en café de calidad. También, gracias a los programas de reconversión y renovación, hemos ganado en confianza por parte de la industria, que mira a Colombia con respeto y en ocasiones con no disimulada admiración. Precisamente en la feria de Seattle se distribuyó la última edición de la revista especializada Global Coffee Report, la cual tituló en uno de sus artículos “La Milagrosa Recuperación del Café Colombiano”, al que se puede acceder en este vínculo http://goo.gl/J3Iadv . Desde luego que este es otro inmenso reconocimiento al trabajo hecho y a lo que podemos hacer cuando nos proponemos actuar colectivamente como institución cafetera. Estos avances, insisto, no se presentan por generación espontánea o por una especie de magia de mercado. Por el contrario, son fruto de la visión, de la constancia y de las estrategias que dictaminaron los mismos productores y que hemos venido cumpliendo.

Desde luego que los éxitos conseguidos no nos deben opacar los retos que tenemos por delante y que hemos planteado en nuestro nuevo plan estratégico. Las experiencias ilustradas en esta carta demuestran que podemos realizar lo que nos proponemos, y a eso nos dedicaremos, siguiendo el mandato de los productores. Sabemos, contrario a lo que tituló la revista internacional, que lograr nuestras metas no se debe a "milagro" alguno sino al tesón de los cafeteros colombianos y de sus instituciones, valoradas y admiradas internacionalmente.

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