La humanidad parece condenada. No hay dicha completa y cuando algunas cifras comienzan a enderezar el rumbo, otros datos nos dejan preocupados y sin viso de poder encontrar un mejor crecimiento para la economía mundial.
Para empezar con algo positivo está para destacar el buen comportamiento de los mercados internacionales que con la poderosa bolsa de Wall Street y su indicativo Dow Jones, dejó con la boca abierta a los más optimistas sobre su comportamiento con cierres por encima de los 15.000 puntos, un récord que ya casi nadie esperaba después del desastre de los mercados en 2008.
En cambio los europeos se devanan los sesos pensando si el Euro como moneda común del grupo de los 27 sigue siendo viable para manejar economías tan disparejas como las de España, Alemania, Grecia o Italia o Portugal, que podrían incluso volver a sus denominaciones locales, atacando de muerte a la Unión Europea.
La crisis de España tiene a todos con los pelos de punta. Un desempleo rampante, creciente y sin posibilidad de apoyar a sus socios comerciales, o los negocios internos. Por eso una devaluación de su Peseta como propia moneda haría más viable la situación, pero rompiendo el pacto se unidad.
Volver a la peseta con una ruptura de la moneda única es vista como la salida para que el sur de Europa pueda recuperarse, aunque esta perspectiva hace a un lado las luchas que significó para los dirigentes de Europa lograr que la unidad de moneda fuera aceptada, incluso en plebiscitos nacionales que amenazaron la unidad de cada gobierno.
Pero habrá que ver a qué precio España puede dejar el Euro y dedicarse a imprimir pesetas y gastarlas en obras e inversión con miras a jalonar el empleo. Hay enemigos de la propuesta, pero hacia allá apunta la única posible salida. ¡Hay quien cree que se puede estar en la Unión sin compartir la moneda!
Si miramos nuestro entorno doméstico, a Colombia le queda camino por recorrer para defenderse de los embates de la debilidad en el crecimiento económico. Por ejemplo según el Dane en abril pasado la inflación fue del 0,25% a la baja, pero superior al mismo mes del 2012 cuando fue de 0,14%, ubicándose en borde del rango meta del Banco de la República que ahora tendrá que valorar cómo enfrentar la aceleración de la inflación, aunque leve, del costo de los alimentos cuya anualidad va de un 1,6% a 1,4% jalonada por los alimentos en 0,55%.
Y ni el repunte del DowJones o el índice de baja de desempleo en Estados Unidos que pasó de 7,9% a 7,6% hacen prever a los analistas que la pesadilla sin fin del desastre económico que nos está atacando desde 2008 está por terminarse.
La incertidumbre es una mala consejera en asuntos económicos, la indecisión que genera la ausencia de una tendencia clara hace que no haya quien se atreva a programar inversiones, a calcular nuevos negocios o mejor aún a contratar mano de obra, por temor al frenazo en la economía, todavía maltrecha.
En la zona Euro el desempleo supera el 12,1%, mientras que China pierde dinamismo en su producción industrial que llegó al 11.9% en 2012 y por ahora a marzo pasado se ubica con un 8,9%. Es envidiable un 8% en crecimiento, pero se ve mal por la caída.
Quizá por eso es que la euforia porque el Banco de la República de Colombia mantuvo en 3,25% sus tasas de interés no se siente en la economía, porque los agentes parecen esperar un milagro que no se ve venir pronto.
Falta quien se atreva a gastar en inversiones y eso nos está llevando a proyecciones de crecimiento de apenas 4,3% a finalizar este 2013. Necesitamos mínimo 5% de crecimiento sostenido para salir de la pobreza.
La economía necesita de mayor optimismo en el futuro, certeza en que por fin habrá un puerto firme donde atracar el barco de la productividad y que el crecimiento está en frente.
Pero no es posible seguir esperando que se alineen los números para comenzara a mejorar la posición en el mercado, hay que atreverse ahora para que la recompensa llegue en un pronto mañana de resultados positivos.