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¿Quién elige al Gerente de Fedecafé?

miércoles, 22 de julio de 2015
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Próximamente el congreso cafetero deberá designar al nuevo gerente de la Federación de Cafeteros. Una pregunta que ha circulado últimamente, a propósito de este evento, es la siguiente: ¿debe el Gobierno designar al nuevo gerente? ¿debe imponerlo? ¿debe  enviar al congreso de los cafeteros un guiño  tan fuerte que reduzca a una mera formalidad la decisión que, jurídica y estatutariamente, corresponde a los delegados cafeteros a dicho congreso?

Es natural y lógico que cualquier gerente de la Federación de Cafeteros deba contar con la confianza del Gobierno. Y aún más: debe tener línea directa con el Presidente de la República como siempre se acostumbró en el pasado.

Y no podría ser de otra manera: la Federación de Cafeteros (gremio privado ) administra por contrato el Fondo Nacional del Café (recursos parafiscales de carácter público), y por lo tanto  debe prevalecer una fluida comunicación y un clima de confianza  y respeto en las relaciones entre el gerente de la Federación y el alto Gobierno. No sería entendible un gerente de la Federación que no gozara de la confianza del gobierno de turno, o que estuviera en permanente conflicto con los ministros que asisten al comité nacional o con el Presidente de la República.

Pero lo anterior es bien diferente  a que  sea el Gobierno quien imponga al gerente. Debe recordarse que la Federación es un gremio privado. Y  por tanto a quienes corresponde la designación del gerente es a los agremiados.  Y solo a ellos. O sea a los cafeteros. Que para el  efecto son los delegados de los 15 comités departamentales de cafeteros reunidos en  congreso nacional. Así lo dice la ley, los estatutos de la Federación. Y así lo exige el buen juicio.

La organización del gremio cafetero goza de una legitimidad que envidiaría cualquier otro gremio de los que  funcionan en Colombia. En las últimas elecciones cafeteras participaron el 68% de los cedulados cafeteros para elegir sus representantes en los comités municipales y departamentales. Ningún elegido en Colombia: ni el Presidente, ni los parlamentarios, ni los gobernadores o alcaldes son elegidos con una participación del 68% del patrón electoral correspondiente. De allí que desconocer la legitimidad democrática de los representantes de los cafeteros para elegir su máxima cabeza sería un disparate monumental.

Un gerente de la Federación nombrado a “ dedazo” por el Gobierno sería algo muy nocivo para la organización cafetera y para el propio Gobierno. Para la organización de los caficultores  en primer lugar, pues ello significaría desconocer el derecho elemental que corresponde a los afiliados de todo gremio privado a designar su representante legal. Y para el mismo gobierno sería muy malo, pues se interpretaría como una invasión abusiva en los fueros de las bases cafeteras y de sus dirigentes.

La Federación de Cafeteros está entrando en una delicada época de transición. Hay que modernizar sus instituciones. Hay que ponerlas a tono con los requerimientos nacionales e internacionales del siglo XXI. Y un requisito indispensable del nuevo gerente para liderar con éxito esta inmensa tarea debe ser  la capacidad de representar, con independencia y en buen diálogo con el Gobierno, los intereses de los caficultores. Que son y deben seguir siendo  los auténticos mandantes de este gremio privado. Y  que a pesar de sus dificultades continúa siendo el más importante del país.
 

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