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ANALISTAS

Mercadeo siempre

viernes, 3 de febrero de 2017
La República Más
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El hecho de haberse vivido y, en ocasiones vivir, épocas de demanda mayor que oferta, no hace que el marketing sea algo que se deba implementar solamente durante temporadas difíciles o similares, siendo un error grave pensar que se debe hacer solo cuando hay dificultades o cuando la competencia es muy fuerte. Pensar así es de los errores más fuertes del mercadeo colombiano. Hay que formar los mercados y mantenerlos, siendo conscientes de que las nuevas generaciones no nacieron ni nacerán aprendidas, como se dice, por lo que siempre habrá que hacer mercadeo.

Es cierto que cuando hay poca competencia (monopolios y/u oligopolios), cuando la oferta es inferior a la demanda, o cuando existen políticas proteccionistas, el mercadeo no es tenido como una de las mayores necesidades de las organizaciones (que es lo que ha sucedido generalmente con las entidades oficiales, las religiones, y otras actividades). 

Tenerlo en cuenta solamente cuando las cosas no son fáciles, y/o se presentan dificultades, en muy buena parte puede ser debido a factores culturales, los cuales hacen que las conductas sean más correctivas que preventivas, ocasionando lo que se da desde el punto de vista económico: es mucho más costoso.

La logística debe iniciarse desde el momento mismo en el cual se toma la decisión de hacer empresa, sea cual sea la naturaleza. La formación de los mercados es algo que si se comienza a trabajar desde el nacimiento de una organización, hará más sencillo el proceso de posicionamiento competitivo, tanto de la marca como de los productos o la oferta que se tenga. La continuidad del proceso hace que las generaciones nacientes no presenten mayores dificultades en el desarrollo de la logística mercadológica y que se pueda lograr una mayor longevidad.

Pero, hay que estar alerta a muchas cosas y en muchos campos: los cambios en los comportamientos del mercado, el desarrollo de la tecnología y, en fin, a todos los cambios que se presentan, los cuales cada vez se dan a velocidad mayor; y, muy importante, a la competencia que es la que, en resumidas cuentas, “hace posible” que se pueda continuar de manera exitosa en el mercado.

El mercadeo no es milagroso, y mientras más tarde se inicie, mayor será la dificultad para alcanzar los objetivos deseados, pues la competencia hoy es más aguerrida que nunca antes, sumando a ello la que Drucker llamó “invisible” por darse en el mundo virtual, así lo hace: complicado.

Creer que se sabe todo sobre los clientes, que la gente se mueve solamente por los precios, desconocer los procesos sicológicos de las personas, no aceptar que las cosas han cambiado, están cambiando y seguirán haciéndolo, no actualizarse en campos como la tecnología y los sistemas de comunicaciones, reducir los presupuestos de mercadeo y dentro de este los de comunicaciones, no aceptar que la percepción de las personas es la realidad, desconocer y/o menospreciar a los competidores sintiendo que se tiene lo máximo, reducir las capacitaciones y los entrenamientos, y, en fin, seguir miopes ante lo que se está dando, confundiendo el mercadeo o llevándolo a enfoques reduccionistas, hará que las cosas sigan generando una “enfermedad” más delicada. 

Por lo anterior, y más, hay que entender y aceptar que el mercadeo es un proceso de y para todas las épocas, y que debe ser orientado por personas que cumplan con el perfil que se requiere, y que mientras más se demore en adelantarse, mayor será la dificultad para la obtención de resultados.

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