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ANALISTAS

Las decisiones de los dirigentes cafeteros

domingo, 2 de noviembre de 2014
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Ayer se inició un nuevo periodo de cuatro años para la dirigencia cafetera, a quienes envío un sincero agradecimiento por su participación entusiasta y por su interés de representar a los cafeteros de su región, en la seguridad que serán dirigentes serios, visionarios, propositivos y gestores del desarrollo, al igual que quienes terminaron su periodo con importantes logros y a quienes manifestamos nuestro reconocimiento, gratitud y aprecio. 

Los representantes a partir de este momento y durante los próximos cuatro años, son los artífices del porvenir, de la construcción diaria del bienestar de las familias y regiones cafeteras y de la consolidación de su tejido social, una de las claves de éxito para lograr mejorar la equidad y la anhelada paz en nuestra bella Colombia. 

No podemos olvidar que las elecciones cafeteras del 2014 el 67.3% de los cafeteros cedulados del país respaldó con su voto a quienes hoy se acreditan como representantes de los cafeteros y que la dirigencia quedó conformada en un 75% por pequeños cafeteros con menos de 5 hectáreas, un 20% con predios entre 5 y 10 hectáreas y el 5% restante con mas de 10 hectáreas, distribución que corresponde exactamente con la estructura de tenencia de los cafetales. Así, los representantes de los Comités Municipales y Departamentales de Cafeteros que se posesionan tienen una legitimidad y representatividad incuestionable frente al país y el mundo. Con orgullo y satisfacción cafetera podemos seguir proclamando la legitimidad de un gremio que se ha dedicado desde 1927 a unir y a construir. 

Representar a sus familias y a sus comunidades en el seno de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia es claramente un motivo de orgullo y reconocimiento. Nuestro punto de convergencia no será otro diferente que el de asegurar el bienestar de los caficultores colombianos. Los invito nuevamente a que su acertado y ponderado aporte se vea reflejado en un liderazgo transparente, generoso, con ideas de progreso que sean viables y practicables, con una actitud diligente, de eficaz gestión productiva y de cálido acompañamiento a las comunidades cafeteras. 

Buenos retos tenemos al inicio de la jornada. Todos sabemos que en los últimos días el gremio cafetero ha estado en el centro de las discusiones que se han venido dando en virtud de las diversas opiniones que públicamente han expresado políticos y economistas en variados medios nacionales sobre las estrategias que se deben llevar a cabo, por cuenta de los lineamientos trazados tanto por la Misión de Estudios para la Competitividad de la Caficultura como por las opiniones del director de la Misión Rural, entre otros destacados especialistas del agro colombiano. Esta pluralidad de puntos de vista centrados en nuestro grano insignia recalcan, sea cual sea su posición, el papel protagónico que juega el café no solo en la economía nacional sino también en el determinante papel que cumple en la sociedad, toda vez que su tejido social está enormemente arraigado en nuestro país, el cual ha sabido construir toda una cultura de progreso y sana convivencia alrededor de este. Su tejido social está fuera de cualquier discusión: millones de colombianos se benefician directa e indirectamente de la caficultura en ya 20 departamentos del país y para que esto suceda, la institucionalidad cafetera ha sido la piedra angular de su funcionamiento pues desde hace más de ocho décadas dirige con abnegación, compromiso y seriedad los destinos del gremio agrícola más grande del país. 

Para continuar con la tarea, debemos tomar las decisiones para cambiar lo que debamos y preservar aquello que nos une y construye, lo que genera valor y bienestar, para lo cual reitero que es imperativo escuchar diversas opiniones como la del director de la Misión Rural, el destacado economista y exministro José Antonio Ocampo en una entrevista concedida al diario caleño El País en la semana anterior subrayó la importancia de la Federación y la comparaba con otros gremios. Dijo lo siguiente: “Me encantaría que para otros productos existiera una entidad similar. Creo que sería un error desmontar uno de los pocos casos exitosos que permite agrupar a una gran cantidad de pequeños productores para competir en los mercados externos”. 
Juan Camilo Restrepo, exministro de Agricultura conocedor de la materia, en una reciente columna en La República opinaba a propósito de la institucionalidad referida lo siguiente: “Hace pocas semanas cerca de 150.000 (Son 251.913)* caficultores dotados de la cédula que los acredita como tal, concurrieron a las urnas a elegir sus representantes a nivel municipal, departamental y nacional. El grado de participación electoral fue notable: cerca de 65% de quienes disponen de cédula cafetera participaron en estas elecciones, o sea, una tasa de participación electoral superior a la que normalmente obtienen los parlamentarios o el propio Presidente de la República en Colombia. De allí la inmensa legitimidad que rodea a los dirigentes gremiales que resultan electos en estos procesos de participación democrática de carácter gremial”. *Dato de FNC al cierre 
Para finalizar este repaso a la diversidad de opiniones, se han recibido muchas sobre la estructura institucional, que claro debe ser eficiente, y para lograrlo se debe partir de la estrategia, de aquello que se quiera hacer y de lo que decida no hacer. Lo contrario sería otro error del tercer tipo que no es más que “…ofrecer una solución al problema que no es...” Por ejemplo, si los productores deciden seguir interviniendo en la comercialización, en la diferenciación o en tener un servicio de extensión integral en lugar de solo asistencia técnica, la estructura institucional es similar a la actual, que siempre puede mejorar. Si decidieran lo contrario, obviamente la estructura es muy diferente. Las decisiones están en las manos de los dirigentes que inician su periodo. 

En resumidas cuentas, en la Federación estamos abiertos al diálogo y a la sana confrontación de ideas, pues de ese abanico, donde la pluralidad es sinónimo de riqueza, saldrán nuevas y fortalecedoras propuestas, teniendo siempre en el horizonte la protección de los intereses del productor y el reforzamiento de la reputación del Café de Colombia con sus respectivas denominaciones de origen. En este orden de ideas los resultados de la Misión de la Caficultura así como los resultados de la Misión Rural que lidera Planeación Nacional son insumos importantes a tener en cuenta ahora que se debe definir la estrategia para los próximos años. Desde la próxima semana serán invitados todos los autores de los diversos estudios para entender mejor sus conclusiones, y discutir con ellos su visión y la nuestra. Es a partir de ese diálogo que vamos a unir y a construir.

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