No sería justo hacer una conclusión negativa en piedra de su legado por una historia que no ha terminado. Fueron casi 14 años de cambios sociales, políticos, económicos y culturales. Muchas cosas pueden no reconocerse hoy pero el tiempo las justifica y les da valor.
La historia está llena de mandatarios que han sido criticados en su tiempo, pero con los años se hizo un mejor balance de su gestión.
No olvidar que cerca del 85% de la población en Venezuela pertenece a la población más marginal y obrera del país. Ellos tienen muchas necesidades: cuidados médicos, comida, casa, trabajo, servicios sociales. Ahí están las decenas de misiones bolivarianas.
Esos miles de millones inyectados en programas asistenciales tienen que haber tenido un efecto positivo en sectores de la población más necesitada. Las estadísticas actuales muestran una disminución sustancial de la pobreza y la pobreza extrema.
Aunque la situación económica actual afecta a los más pobres, tomando el periodo completo existe una disminución.
Como olvidar el mediático Chávez. Aunque para algunos no es el modelo presidencialista, otros lo veían como el padre protector. Su carisma y llegada fue imán para millones, traduciendo su cariño en votos y apoyo.
Pero, el contexto económico donde se da la muerte del presidente no es nada positivo.
Una inflación crónica alimentada principalmente por las políticas económicas del gobierno. Un bolívar muy devaluado.
Escasez de productos. Azúcar, aceite de cocinar, café, harina claves en los platos del venezolano no llenan los estantes de los lugares de venta. ¿Por que? Principalmente, el control de cambio que afecta la importación, la expropiación de empresas y la paralización de plantas que vienen afectando la producción.
El problema de inseguridad haciendo de Caracas una de las ciudades con más alta criminalidad del mundo. Problemas de infraestructura como puentes y carreteras en deterioro, apagones y problemas en tratamiento de agua.
Dudas sobre el estado actual de las finanzas públicas del país donde se excedieron considerablemente en su capacidad de gastos durante las elecciones presidenciales y regionales.
Miles de millones de dólares en fondos no auditados, como ejemplo, Fonden, donde el poder ejecutivo maneja a discreción.
Cuestionamientos sobre el estado financiero y operativo de Pdvsa, la vaca sagrada del gobierno y la economía venezolana. Se suponía que estuviera produciendo 5,4 millones de barriles diarios. Hoy, según el mismo gobierno está por los 3 millones. Incluso esta produciendo menos que cuando subió el presidente Chávez al poder.
Este es el contexto económico en medio de un ambiente divido donde por años el gobierno acostumbro a la sociedad venezolana a un poder presidencial militar personalista a dirigir los asuntos del país como un rey moderno.
Este hombre fuerte ya no está. Lo que pudiera abrir la puerta a peleas internas por la sucesión, más incertidumbre sobre si los poderes judiciales, ejecutivos y legislativos respetaran las reglas de juegos o buscarán la forma de perpetuarse en el poder. En el país hay división, hay esperanza, hay dolor, hay incertidumbre.
El análisis del legado de Chávez va a llenar tomos y se necesita estudio. El tiempo ayudará a balancear el análisis de su gestión porque hoy estará pintado por los extremos. Reflejo de lo que fue la era Chávez.
