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ANALISTAS

La comisión del café (1)

martes, 19 de marzo de 2013
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El gobierno del Dr. Santos actuó en el reciente paro de los cafeteros asumiendo su responsabilidad para con una actividad que aportó en el pasado, de sus propios ingresos, la construcción de la infraestructura de carreteras y energía, así como también servicios de educación y salud que beneficiaron vastas regiones rurales del país. Además, continúan aportando al Fondo del Café, administrado por el Estado, millones de dólares como un ahorro para el futuro. 

 
De otra parte, una tercera parte del empleo rural y la economía de seiscientos pequeños  municipios  dependen en una altísima proporción de la actividad cafetera. Por estas razones el gobierno es consciente de que este apoyo que es temporal no soluciona la crítica situación de la caficultura y que esta requiere de un análisis profundo.
 
Para este análisis, el gobierno ha decidido conformar una comisión dirigida por el Dr. Juan José Echavarría Soto quien por su conocimiento macro de las variables socio-económicas entiende perfectamente la trascendencia de esta actividad dentro del contexto nacional. Esperamos que el Sr. Presidente le permita conformar su equipo con un grupo de personas que tengan el pragmatismo, la experiencia y la conciencia de las responsabilidades que deben de asumir.
 
Sobre los hombros de esta comisión recaerá la inmensa responsabilidad de buscar soluciones pragmáticas -no teóricas- que garanticen en el largo plazo el bienestar de más de un millón de familias que en las zonas rurales de Colombia dependen directa o indirectamente de la actividad cafetera. Serán sus decisiones el soporte de la paz que tanto anhela Colombia.
 
La crisis de los cafeteros es de unas proporciones estructurales alarmantes: la pésima rentabilidad de los cultivos que no da para la mínima subsistencia, la continua subdivisión de los predios por herencia hasta llevarlos a mini cultivos sin vivienda en ellos, el abandono y envejecimiento tanto de las plantaciones como de sus propietarios, los bajos precios, la falta de tecnología respecto de la productividad, las plagas, el cambio climático, la revaluación etc.  
 
Entre las soluciones tendrán que figurar: la diversificación del cultivo intercalando aquellos de “pan coger” para garantizar la subsistencia alimentaria de las familias de los pequeños cafeteros y la fortificación de las cooperativas para facilitar la adquisición de insumos y de tecnología para mejoramiento de costos, calidades, productividad y de control de plagas. 
 
Igualmente las soluciones para la institucionalidad deberán de concentrarse en simplificarla y  adaptarla a las situaciones actuales de la macro economía y de los mercados que son bien diferentes a las que rodearon su fundación hace casi 100 años.
 
La Federación debe de independizar su actividad gremial de la comercial, esta última bien podría ejecutarla manteniendo su programa de garantía de compra pero ejecutando subastas internas en el país como lo hacen muchísimos otros países productores,  eliminando así sus continuas pérdidas comerciales en la exportación al mismo tiempo que evita entorpecer y encarecer el libre comercio. De otra parte su actividad gremial debe encaminarse al asesoramiento de calidades y productividad. No tiene por qué atender el suministro de bienes públicos que es una responsabilidad del Estado, tal y como este  lo hace con otras actividades.

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