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ANALISTAS

La caida de la industria, un drama

sábado, 25 de mayo de 2013
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Textiles, confecciones, construcción, café, cacao y papa son algunos de los sectores y productos que en este momento cuentan con alguna forma de subsidio, para algunos de ellos es nuevo, para otros  renovado o aumentado.

 
El año no lleva seis meses de corrido y  se sienten los efectos de la crisis económica.
 
Según el Dane, en el último trimestre la producción del país ha caído hasta en 50% para algunos sectores. En un 50.6% cayó la producción de carrocerías para vehículos automotores; partes, piezas y accesorios para vehículos automotores decreció 25.1%; vehículos automotores y sus motores disminuyó en 10.4%. La producción de los ingenios, las refinerías de azúcar y los trapiches paneleros redujeron su producción en 29.6%; la de prendas de vestir y confecciones decreció en 16,4% mientras que los textiles cayeron en 24.6%. Esto solo por mencionar algunos sectores. De hecho el anexo del boletín de la muestra mensual manufacturera del Dane es decepcionante, es ver una fiesta de signos negativos. La mayoría de los sectores presentaron un decrecimiento, fueron 37 de 48 sectores analizados.
 
Desde abril de 2012 hasta marzo de 2013, la producción ha disminuido 1.6% frente al mismo periodo del año anterior. Solo en el último trimestre decreció 6.1% frente a igual periodo de 2012. En el último trimestre del año pasado la producción cayó 1.9%.  El año 2012 empezó con una tasa de variación de la producción positiva de 2.0%, y venia de estar creciendo entre un 3.5% y una tasa de 6.2% en el 2011. En el segundo semestre de 2012 las tasa de crecimiento de la producción fue de 0.4%. Al ver los resultados de los primeros dos trimestres del año 2012 era evidente que algo  estaba destruyendo parte de la productividad del país.
 
El Banco de la República empezó a finales de julio del año pasado a reducir su tasa de intervención. Sin embargo, no solo esas disminuciones no se han reflejado de la forma esperada en las tasas de interés de los bancos comerciales sino que tampoco han contribuido a reactivar la situación de la economía.
 
Sorprende que un plan de apoyo anti cíclico salga cuando hay ya casi un año de malos resultados. ¿Por qué no se tomaron medidas con anterioridad a que el problema se agravara?  Debe alarmarnos que durante todo este tiempo el gobierno entregó datos positivos de empleo, en este sentido vale la pena preguntarse cómo era que estaba creciendo el empleo si la producción  estaba decreciendo. ¿Se están sumando, indiscriminadamente, empleos informales con formales?
 
Entre las medidas que están contempladas hay una que tal vez produzca efectos positivos, es el subsidio a la compra de vivienda nueva en forma de un menor interés en los créditos. Esto debe estimular la construcción que ha tenido un buen desempeño según los datos del primer trimestre del Dane en cuanto a  licencias aprobadas, con un 32.1% de aumento en el área aprobada respecto al mismo periodo de 2012, crecimiento que en su mayoría viene explicado por un 75.6% de crecimiento en área aprobada para vivienda de interés social.
 
En una entrevista concedida a este diario el primer ministro de Nueva Zelanda comentó que al eliminar los subsidios en ese país, los campesinos se adaptaron a la economía de mercado y se convirtieron en eficientes. Una medida como esta es imposible en una Colombia sin vías rurales, sin infraestructura de carreteras secundarias, con pocos kilómetros de dobles calzadas, con la producción agrícola concentrada lejos de los puertos y, sin acceso rápido a estos,  sin tecnología en el campo, sin distritos de riego.
 
En este momento y con las cifras como están, lo que es claro es que cualquier apoyo que se dé al campesino es más que justificado y necesario y no debe ser fruto de presiones y protestas legitimas, sino el desarrollo de una política de redención del campo que pague la deuda histórica con este sector.
 
 

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