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ANALISTAS

Interpretación de algunos hechos

jueves, 21 de agosto de 2014
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Las relaciones internacionales del presidente Juan Manuel Santos se calificaron, por lo general, como el aspecto más positivo de su primer período de gobierno. Haber mejorado las relaciones con los presidentes que apoyaban las guerrillas colombianas desde sus territorios fue considerado por algunos como su mayor éxito. 

Pero estas aplaudidas relaciones internacionales parecen estar hoy alicaídas. Porque con motivo de su posesión el pasado 7 de agosto, llamó poderosamente la atención la ausencia de un representante enviado directamente desde Washington, lo mismo que la ausencia de mandatarios de Europa, Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Venezuela y Nicaragua. 

Dentro de los posibles motivos para este desinterés se menciona, en primer lugar, la poco ejemplarizante reelección de Santos. La arrogancia de nuestra canciller, señora María Ángela Holguín. El nombramiento para Unasur del expresidente Ernesto Samper, quien no posee visa para ingresar a los Estados Unidos, por culpa de la poco ejemplarizante elección a su presidencia. 

Para los desaires aludidos parece haber más motivos, tales como el resurgimiento de los cultivos de coca protegidos por el propio Gobierno en las futuras ‘zonas de reserva campesina’, como el Catatumbo, donde ya no se fumiga ni se erradica manualmente. Otro motivo parece provenir de los intentos del presidente Santos con el fin de impedir la extradición de los cabecillas de las Farc para que puedan ocupar sus curules en el Congreso. 

La economía colombiana también está dando señales contradictorias con las maravillas que exhibe el presidente Santos. Las exportaciones de Colombia en el primer semestre del año en marcha, comparadas con igual período del año pasado, cayeron 4,5% y las manufacturas se desplomaron el 13,5% en igual lapso. 

Las exportaciones del petróleo, afirma el ‘optimista’ Minhacienda, Mauricio Cárdenas, promediarán 1.062.000 barriles por día en 2014. Pero la Asociación Colombiana del Petróleo –ACP- estima tal promedio en solo 830.000 barriles por día, como consecuencia del deterioro del orden público, las consultas previas y las exigencias medioambientales.  

Las reservas probadas de Colombia son de 2.500 millones de barriles, esto es, alcanzan solamente para unos 6 años y el gas para 15. La ACP estima que para garantizar el optimismo de Minhacienda urge incorporar en el corto plazo 4.000 millones de barriles a las reservas probadas. El Gobierno oculta el monto de su faltante petrolero, pero por ahí se estima en unos $8 billones por año.  

El Banco Mundial y los amigos del Gobierno insisten en un déficit fiscal de Colombia en 2014, del modesto 2,4% del PIB, unos $18 billones; pero cuando se les adiciona el faltante del petróleo y la no venta de Isagén, este déficit se avecina a los $30 billones. La solución para el ministro Cárdenas: nuevos impuestos y endeudamiento externo. 

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