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ANALISTAS

El cambio de calificación

viernes, 19 de octubre de 2012
La República Más
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Hace unos días, unas de las calificadoras de riesgo país, cambiaron a Colombia la perspectiva de la calificación de estable, donde ha estado ya por un buen tiempo, a positiva. Esta variación significa que los ojos internacionales ven a Colombia como un lugar en el que sus inversiones no solo van a estar bien sino que les generarán buenas ganancias, pues sus perspectivas de crecimiento económicas son favorables y el ambiente político  y social también parece mejorar.

Este cambio en la mirada se ve reforzado por el anuncio de JP Morgan que calificó a Colombia como el país emergente con mejor riesgo país.

La razón que se ha dado para esta calificación que se hace a Colombia, es una forma de premiar al país por su buen desempeño económico; aunque es cierto que este, en el ultimo año ha sido inferior al del año anterior, la economía no ha sido gravemente tocada por la crisis mundial y se ha mantenido estable.

Los buenos momentos que ha vivido Colombia esta década frente a la seguridad, a pesar de los sucesos violentos ocurridos el último año, han representado el mayor ingreso de inversión extranjera. El compromiso frente al pago de la deuda ha logrado que el riesgo disminuya, y por ende que los intereses por pagar también lo hayan hecho; esto ha permitido que las empresas se endeuden a menores tasas de interés y tengan más y mejor financiamiento para crecer.

Si la seguridad ha traído más inversión, no es de sorprende que el solo anuncio del gobierno sobre los diálogos de paz con las Farc haya influido y tenga efectos positivos sobre la economía.

Mucho se ha dicho sobre los procesos de paz; preocupan varias cosas frente a esto como que no haya castigo para quienes han cometido crímenes atroces, que en el proceso se violen tratados internacionales que se han suscrito, como el Tratado de Roma que creó la Corte Penal Internacional y la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad, que mientras se dialogue se sigan cometiendo actos de violencia contra los oleoductos y la infraestructura nacional, secuestros, torturas, desplazamiento forzosos de población campesina, paros armados; pero sin duda, en principio, lograr la paz es el sueño de todos los compatriotas, otra cosa son los términos en que se firme, lo que esta por verse.

Es claro, una Colombia libre de grupos armados al margen de la ley será un territorio disponible para una agricultura en crecimiento, será tierra fértil para que la población que ha sido desplazada regrese a sus lugares de origen y salga de la miseria en la que ha estado viviendo en las ciudades, sin acceso a las mínimas necesidades básicas, será una Colombia que atraerá más turismo. No cabe duda de que el aumento de la institucionalidad golpeará  el narcotráfico y el contrabando que tanto amenazan la industria colombiana y permitirá la sustitución de cultivos ilícitos por cultivos que posibiliten la seguridad alimenticia de los colombianos.

A pesar de esta buena calificación, los resultados del índice de competitividad global indican que Colombia tiene todavía un largo camino por recorrer. Hay mucho en lo que se debe trabajar, la innovación tiene que aumentar y debe ser el motor de crecimiento pero, la infraestructura debe ser la carrocería sobre la que ruede el progreso y el desarrollo de la nación. Ésta esta aún muy atrasada, pero además, el crecimiento económico logrado gracias a estos debe ir mediado siempre por la equidad, para que no solo ganen unos pocos sino que ganen todos.

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