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ANALISTAS

Demonios se esconden tras los números

miércoles, 17 de julio de 2013
La República Más
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En esto de atar cabos y establecer la magnitud de los números va mucho de la magia de la psicología de cómo se hacen sentir las percepciones sobre que tan bien o regular van las cosas. Y también de dónde venimos con tanta protesta que le cuesta millones al país.

 
Hay contraposición también a la hora de ver el efecto de los números porque mientras se habla de que ya somos un país con un Presupuesto General para 2014 que bien podrá superar los $155 billones, también hay que ver que significa la advertencia de Anif según la cual se han  perdido o mejor dicho que los paros le cuestan al país algo así como un billón de pesos.
 
Estamos en un presupuesto en 2013 que el erario definió en $144 billones y frente a este monto el presupuesto para el año fiscal 2014 crecería en 7,5%, sin incluir las partidas para el servicio de la deuda que puede “robarse” 40%.
 
Igual el gobierno fija esta proyección contando con que habrá un sensible aumento del gasto de $4,8 billones en el pago de las pensiones y en contraposición se plantea la disminución en $2,7 billones en ingresos por la reducción del impuesto del 4 por mil a los movimientos financieros que bajará a 2 por 1.000.
 
En cambio no se ve nada bien el análisis de Anif en el que valora en un billón de pesos, un 0,8% del Producto Interno Bruto, PIB, del primer trimestre de este año, los costos por paros, protestas y manifestaciones ocurridos y los que se esperan este año, hasta agosto próximo cuando todavía le queda un año de gestión a este gobierno.
 
Las razones para estos costos están en una misma canasta, con  diferente denominación. Para los críticos es falta de manejo gubernamental y de respuestas integrales a los reclamos, pero el Gobierno le echa la culpa a la desaceleración económica y a los choques externos.
 
Para Anif los paros desde 2012 en los sectores tan diversos como la justicia, del carbón, la minería, el cafetero y la Universidad Nacional, nos han costado a todos unos $900.000 millones. Y digo a todos, porque esa cifra hay que restársela a la productividad.
 
Presentar un proyecto de presupuesto razonable para el próximo año es el reto del gobierno para que el Congreso apruebe las partidas que realmente se necesitan para que el país siga su marcha hacia el crecimiento, pero la manera como se plantean las partidas es vital.
 
Sólo los analistas han advertido que estos costos ocultos en la economía dañan las proyecciones de crecimiento y lo peor, generan desasosiego entre la población que siente que las cosas van mal.
 
Los problemas en el sector minero han ejercido un fuerte impacto en la percepción social relativa a cómo se maneja el país, restando posibilidades a sacar provecho de los buenos precios de los minerales como comodities en los mercados externos.
 
Parte del análisis también muestra la cara negativa de los Tratados de Libre Comercio que no generan oportunidades y si en cambio afectan a productores como los del campo. Y allí radica buena parte de las protestas en El Catatumbo.
 
Los números demuestran que vamos creciendo en presupuesto de ejecuciones para el 2014, mientras dejamos de percibir mejores beneficios porque los paros y protestas sociales restan competitividad y dinero a la productividad colombiana. 

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