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ANALISTAS

Comunicaciones que desconectan

miércoles, 31 de julio de 2013
La República Más
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Tenía que suceder una tragedia como el descarrilamiento del tren en España para que quedara claro que usar el teléfono móvil mientras se conduce puede ser mortal.
 
Es curioso pero son los nuevos dispositivos móviles, hechos para mantenerse en contacto, los que están literalmente desconectando de la realidad a jóvenes y adultos. Lo malo es que sucede también en momentos críticos, como al manejar un tren o un automóvil.
 
El maquinista del tren en Santiago de Compostela, norte de España, tiene sobre su conciencia el peso de unos 80 muertos y casi 100 heridos que resultaron tras el descarrilamiento, que ahora lo enfrenta a un juicio en el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
 
Según el contenido de la caja negra del tren, que almacenó información de la trayectoria y la velocidad a 192 kilómetros por hora y todo lo que ocurría en la cabina de mando, el maquinista estaba al teléfono mientras consultaba una guía sobre su trayectoria, es decir, nada de atención sobre la velocidad o el curso del tren.
 
Desde los Príncipes de Asturias hasta el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, asistieron al sepelio que pudo haberse evitado si el responsable del tren hubiera estado concentrado en su trabajo.
 
En casi todos los países a los que la telefonía móvil y la tecnología con las redes sociales al alcance de la mano han llegado, perder atención sobre las actividades comunes, en el trabajo o fuera de él, se ha convertido en un fenómeno preocupante.
 
La tecnología se supone debe servirle al hombre a solucionar los inconvenientes de comunicaciones y acceso a información o conocimiento, pero debe ser utilizada en esa dirección y no en contra del bienestar de todos.
 
El crecimiento en el uso de dispositivos móviles es notorio en Colombia. Es seguro que hay más aparatos celulares que personas. Es decir que si en el país hay más de 46 millones de almas, los aparatos de comunicación ya pasaron de esa cifra, según reportes de la Superintendencia de Industria y Comercio del país, SIC.
 
Al recurso de las redes sociales como Facebook, Myspace, Twitter o Instagram se le atribuye buena parte del despiste de los jóvenes que en la calle circulan sin mayor atención en la vía, porque están recibiendo, o peor aun, respondiendo mensajes de texto o llamadas en video.
 
Pero hay que hacer énfasis en que no se trata de echarle la culpa al sofá, el problema es la falta de responsabilidad por parte de las personas, tal como ocurrió en España, donde el maquinista estaba tan ocupado con su teléfono celular que sufrió un accidente por “despiste”, con un saldo trágico.
 
Los usuarios de los dispositivos móviles pueden leer periódicos, anuncios publicitarios, concretar citas románticas o de negocios o incluso responder ofertas laborales con solo tocar sus aparatos, pero debería ser una meta de todos hacerlo solo cuando no haya riesgo implícito.
 
Los seres humanos estamos expuestos a un sinnúmero de presiones para actuar de alguna manera determinada, pero es opción de las personas definir en qué dirección se quiere ir. Evitar riesgos para cada uno y los que nos rodean debería ser una filosofía. Evitemos que las presiones por el uso de la tecnología nos lleven a errores.
 

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