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ANALISTAS

Causas de las protestas generalizadas

viernes, 23 de agosto de 2013
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Cuando optan por suspender sus actividades el sector agrícola y algunos otros sectores clave del país para protestar contra el gobierno de turno, considero oportuno identificar, analizar las causas de las protestas en lugar de soslayarlas y solucionarlas con promesas de cumplimiento costoso y nefasto como las zonas de reserva campesinas.    
 
Es muy probable que las Farc estén incentivando los resentimientos populares para presionar el gobierno en la firma de los acuerdos de paz de La Habana.  Pero sospecho que están aprovechando una causa que comenzó a gestarse a principios del año 2003, cuando un dólar costaba $3.000 y desde entonces ha oscilado alrededor de los $1.850 por dólar, destruyendo empleos de toda clase y por doquier. 
 
“Sin tasa de cambio competitiva, se suicida la economía del país”, aseguró recientemente el destacado economista José Antonio Ocampo en diálogo con el periódico El Colombiano. Para lograrla propone tres políticas: “más impuestos a las exportaciones de minerales y guardar estos recursos en el exterior, en títulos del Banco de la República, para liberarlos cuando las condiciones cambiarias se modifiquen. Más controles a los flujos de capital y normas estrictas sobre qué es inversión extranjera directa, pues bajo esta figura está entrando de todo… Y, en tercer lugar, insisto en establecer un piso cambiario. Tenerlo es un desestímulo para la entrada masiva de capitales”. 
 
La Asobancaria estima el lavado de dólares en US$11.000 millones por año. El contrabando participa hoy con cerca del 20% del mercado de sectores como los textiles y las confecciones y, al parecer, ya comenzó a participar en el mercado agropecuario. Lamentable reconocerlo, pero no pueden ser más desalentadores los resultados negativos de las medidas tomadas por el Gobierno en general y por nuestras autoridades monetarias en particular para combatir estas “lavanderías”.  
 
Algunos servidores públicos y académicos sostienen que la desindustrialización es una falacia, porque entre 2001 y 2011 crecieron las exportaciones industriales 229% y el empleo industrial se elevó el 23%. Que el valor agregado industrial presentó un crecimiento promedio del 10% anual en dicho período. Que la industria haya pasado de participar en el PIB del país del 25% hace algunos años al 13% en la actualidad, se explica porque algunos sectores como la minería y el petróleo han incrementado su participación en los agregados nacionales. 
 
¡Vaya argumentos! Una aproximación muy precisa del valor agregado se obtiene al sumar los salarios pagados más las utilidades de los empresarios. En dicho lapso,  el aumento anual de los salarios sirve para explicar cerca del 6% del 10% aludido. Y la minería y el petróleo no han crecido tanto como para reducir la industria al exiguo 13% actual.  
 
Independientemente de las cifras y las discusiones académicas, no considero prudente ignorar que, tras diez años de revaluación o apreciación funesta del peso colombiano, se encuentre nuestra producción nacional en la antesala de una prolongada crisis.
 
 

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