MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Los estadios de Bogotá, Medellín y Cali acogieron a estos aficionados, para la copa, donde se disputaron un total de 52 partidos
La Federación Colombiana de Fútbol presentó un balance de la Copa Mundial Femenina Sub-20. En su evaluación, se analizaron aspectos como la afición, los ingresos, el empleo y el desarrollo que le dejó la copa al país.
Los estadios de Bogotá, Medellín y Cali acogieron más de 288.000 seguidores durante la Copa Mundial Femenina Sub-20, donde se disputaron 52 partidos, siendo Bogotá la ciudad con la mayor cantidad de encuentros. La venta de boletería alcanzó aproximadamente 265.000 tiquetes controlados, distribuidos en Bogotá con 119.000, Medellín cerca de 56.000 y Cali alrededor de 90.000, según se indica en el balance.
No solo el fútbol fue protagonista, sino también las ciudades y sus escenarios deportivos. "La ciudad de la eterna primavera" fue sede de cuatro selecciones en la fase de grupos, organizó 10 compromisos y recibió a más de 56,000 espectadores en el estadio Atanasio Girardot a lo largo de la competencia. Además, el impacto económico fue significativo, generando un ingreso estimado de us$21,5 millones y atrayendo alrededor de 37.000 visitantes, tanto nacionales como internacionales.
Por su parte, la sucursal del cielo acogió a ocho selecciones en la primera ronda, celebró 18 enfrentamientos y abrió las puertas del estadio Pascual Guerrero para un promedio de 103.000 hinchas durante el certamen.
La capital, Bogotá, también tuvo un papel destacado. En el estadio El Campín se jugaron 14 partidos, mientras que el Metropolitano de Techo albergó 10. Se estima que alrededor de 128.000 aficionados asistieron a los encuentros en ambos recintos, que recibieron a 12 equipos durante la fase inicial.
El negocio creció de forma lenta pero constante durante los siguientes años, con pedidos procedentes de minoristas más grandes en más partes del país
La exposición conjunta de estas dos artistas busca ir más allá de lo visual, proponiendo una reflexión profunda del empoderamiento