Bruselas, la capital de Europa, los cómics y el chocolate

Si quiere ir desde Bogotá, los tiquetes de avión podrá encontrarlos desde $4,3 millones (cotizados el domingo 26 de marzo en la página Despegar.com, viajando el 12 de abril y volviendo el 15 de abril), aunque si quiere ir para época de verano (entre el 12 y el 15 de junio), puede conseguir pasajes más baratos.

Para el hospedaje (mismas fechas consultadas anteriormente y en el mismo portal), cada noche en primavera le puede costar cerca de $400.000 en hoteles cinco estrellas como el Royal Windsor Hotel Grand’Place o el Hilton Brussels Grand Place, que están a pocos cientos de metros del centro de la ciudad. 

Si quiere ir en verano, los precios suben un poco, pero seguirá encontrando alojamiento en cerca de $500.000 por noche. Si lo que quiere es salir de la ciudad y disfrutar de la naturaleza, puede aprovechar opciones como las de la cadena Martin’s Hotel, también cinco estrellas, pero en locaciones como castillos a las afueras de la ciudad.

Una vez usted esté allá, la temperatura que tendrá que lidiar en primavera va entre los 7 y los 20 grados, y en verano, la media es de cerca de 20 grados al día. Sepa, sin embargo, que es una ciudad bastante lluviosa, por lo que llevar un paraguas no es una mala idea.

El primero de los lugares de Bruselas que no se puede perder, y que queda a pocos pasos de la estación central de trenes es la gran plaza de la ciudad, declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1998. En ese lugar, destacado por su colorido, uno de los edificios más impresionantes es el Ayuntamiento de la ciudad.

Por cada una de las calles que salen de las plazas, podrá ver centenares de tiendas, entre las que destacan las de chocolates, donde comerá de los mejores dulces del mundo con US$10,8 (10 euros); las de cerveza, en las que podrá encontrar hasta 250 variedades; o las múltiples tiendas de discos, en las que sin duda podrá encontrar lo que le hace falta a su colección, tanto en vinilos, como en CD.

Desde la plaza central, y con una caminata no muy larga, podrá conocer la Bolsa de Valores de Bruselas, que fue creada en 1801 por Napoleón, y desde allí visitar alguna de las tiendas especializadas en diseño de la capital belga, o conocer el famoso Manneken Pis, el símbolo de la ciudad, que no es otra cosa que la estatua de un niño orinando, y cuya historia se remonta al siglo XIV. Todas estas cosas puede conocerlas en el tour gratuito que se ofrece a pie o en bicicleta. Y si no se quiere mover, hay recorridos por el centro hasta en Segway.

También puede ir a visitar el Atomium de Bruselas, una estructura de más de 100 metros de alto, que representa la estructura de un átomo, y que le dará una gran vista de la ciudad. Junto a esta atracción, está el MiniEurope, que es un parque temático en el cual podrá encontrar réplicas de decenas de ciudades europeas. Para subir al Atomium, debe pagar US$13 por adulto, que serán US$26 si quiere aprovechar y sacar un pase que lo lleve también a MiniEurope. Estos lugares no están cerca de la plaza central, pero le será muy fácil llegar usando el metro, cuyo precio es de US$2,3 por trayecto.

Otra de las grandes atracciones de la ciudad es el Parque del Cincuentenario, con su monumento construido a partir de la independencia de Bélgica, en el cual además podrá encontrar los museos del automóvil, Autoworld, y el de las fuerzas armadas y la historia militar. El centro de visitantes del Parlamento Europeo también es un sitio que vale la pena recorrer.

 Si lo suyo son los museos, encontrará una gran variedad de opciones, pero los más curiosos son los de cómics. Entre ellos, el más destacable es el Mofo, un lugar donde podrá disfrutar de la historia de los dibujos animados, con una colección de más de 280 figuras, que van desde los 2 centímetros, hasta los 2,7 metros. 

Para comer, lo clásico de Bélgica son las papas fritas, pero si quiere algo más, las tiendas de wafles también son algo muy común en Bruselas; y si no puede encontrar un buen plato, con una cerveza fría, por US$27.

La opinión

Gabriel Rocca
Presidente del grupo Intercontinental Travel
“Los turistas son personas mayores, porque es un paraíso de la arquitectura del primer mundo; y jóvenes, por la oferta académica y las becas”.

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