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INTERNET ECONOMY

Inteligencia artificial y transporte vertical

lunes, 29 de abril de 2024

Esta innovación no está del todo consolidada en Colombia, pero es necesario dimensionar cómo la inteligencia artificial está más extendida de lo que se piensa

Jairo Castro Florián

La inteligencia artificial, esa que se puso en boca de todos a inicios de 2023, cuando ChatGPT empezó a popularizarse entre las personas del común, no es un concepto tan reciente como podría pensarse. De hecho, es una idea que lleva madurándose y aplicándose por varias décadas en múltiples industrias, a tal punto que, sin ella, la vida como la conocemos actualmente cambiaría diametralmente.

Un ejemplo de esto empezó a gestarse desde la década de los ochenta con los ascensores. Anteriormente, cuando se estaba en un edificio con más de dos ascensores y se oprimía el botón de llamado, era una persona la que manualmente determinaba qué equipo debía responder al llamado, dependiendo de la cercanía que la máquina tuviera con el piso del usuario: una tarea monótona, dispendiosa y que no siempre se efectuaba de la mejor manera.

En dicha década se introdujeron los primeros modelos de inteligencia artificial en la industria, con los que, a partir del análisis de datos, un software examinaba todas las opciones disponibles y determinaba en cuestión de segundos qué ascensor era el más adecuado para transportar al usuario, de manera que se disminuyera el consumo energético, el desgaste del equipo y se redujeran los tiempos de respuesta por llamado.

Esta innovación, que a primera vista podría parecer básica, se puede valorar mejor en la práctica, por ejemplo, cuando se está en un edificio de varios pisos a una hora pico. En la franja de la hora de almuerzo, por decir algo, cuando se acumulan personas en los pasillos de todos los pisos y se oprimen los botones simultáneamente, es fácil comprobar el beneficio de esta tecnología y de constatar qué ascensores implementan bien estos modelos y cuáles no. Sin embargo, la inteligencia artificial en el transporte vertical no quedó ahí, al fin y al cabo, este es un desarrollo que viene aplicándose desde hace cuatro décadas. Lo verdaderamente novedoso es cómo este tipo de inteligencia se está usando para ejecutar mantenimientos predictivos en los equipos, aspecto que prolonga su vida, facilita el trabajo del personal técnico y genera ahorros importantes en los presupuestos de los edificios. Cabe recordar que los ascensores tienen una vida útil de entre 25 a 35 años, dependiendo del buen mantenimiento que se aplique; y, por el alto tráfico de pasajeros, la alta carga que movilizan y la fricción entre sus partes, requieren mantenimientos preventivos una vez al mes. Con la inteligencia artificial, que en esencia recopila, analiza y aprende datos sobre el funcionamiento del equipo, es posible anticiparse a potenciales daños que pueda sufrir la máquina.

Ahora, la industria está migrando hacia tecnologías que diagnostican en tiempo real y le entregan al personal técnico un análisis detallado sobre el estado del ascensor; lo que eleva la calidad de los mantenimientos, aumenta la seguridad del equipo y optimiza el tiempo del personal. Un ejemplo silencioso, y mucho menos rimbombante que los desarrollos de OpenAI y Microsoft, pero que está presente en las rutinas de millones de personas, haciendo más seguras y confortables sus vidas.

Con esto en mente, y haciendo la salvedad de que esta innovación no está del todo consolidada en Colombia, es necesario dimensionar cómo la inteligencia artificial está más extendida de lo que se piensa; esta va más allá de los modelos generativos del lenguaje.

Lo importante, como en todo, es contar con un aliado experto para sacarle todo el provecho a estas nuevas herramientas; en el caso del transporte vertical, ese aliado se llama Estilo Ingeniería, que combina lo mejor de la tecnología con el buen servicio.

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