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Desde que las ventajas de ChatGPT se popularizaron, la inteligencia artificial, AI, se ha convertido en el término de moda, sobre todo al interior de las empresas. La oportunidad de analizar e interpretar grandes cantidades de datos, la simplificación de trámites, la capacidad de reacción en tiempo real, el desarrollo de nuevos servicios e, incluso, la transformación entera de varios procesos dispendiosos, han convertido a esta innovación en una auténtica prioridad para los negocios contemporáneos.
Sin embargo, para que una compañía logre eficiencias y optimizaciones estructurales con la ayuda de esta herramienta, es necesario que primero migre toda su información a la nube (cloud services), pues es así como la inteligencia artificial puede trabajar y capitalizar los datos. Es ahí, justamente, donde surge el primer gran obstáculo, ya que dicha migración -cuando no se realiza adecuadamente- eleva la exposición de la organización a serias amenazas e inseguridades digitales.
Tal es la sensibilidad de este escenario que, según un informe reciente de NetApp, para los ejecutivos que ya utilizan AI generativa en sus procesos, la principal preocupación está relacionada con la seguridad de la información: 57% lo manifestaron así (en preguntas de selección múltiple); y la segunda preocupación, con un 50% de recurrencia, tiene que ver con la integración de los datos.
Por esta razón, ante un mercado que hace años dejó de crecer linealmente; y que ha llevado a que las empresas se enfoquen de lleno en la inteligencia artificial, con tal de mantenerse vigentes y competitivas, vale la pena preguntarse: ¿qué tan rentable es invertir en seguridad digital?, ¿es la seguridad electrónica un innegociable o todavía da espera?, ¿hay forma de hacer tangible y evidenciar el retorno del gasto en seguridad informática?
Trend Micro contrató un análisis con la firma de investigación global, Forrester, la cual encuestó a algunos usuarios y a más de 90 tomadores de decisiones con experiencia en la solución para la nube: Trend Micro Cloud One, indagando sobre las ventajas que percibieron dichos usuarios al tercerizar sus procesos de información y datos en la nube.
Uno de los hallazgos más destacables de ese ejercicio, en lo que tiene que ver con lo cuantitativo, está vinculado a la disminución de entre el 10% y el 20% del tiempo que los desarrolladores destinan a trabajos de seguridad. Al liberar este margen, el talento pasó a tener más disponibilidad para dedicarse a la esencia del negocio: a generar valor agregado; lo cual,al ponderarse, se tradujoen un 8% de mayor valorde construcción.
En esa misma línea, se calculó que la disminución de tiempos durante la administración de la seguridad, gracias a las funciones automatizadas y al manejo de situaciones, superó las más de 2.100 horas al año por persona, en el escenario más conservador. También, en lo relacionado con costos operativos, el análisis halló que la reducción de costos a la hora de detectar y responder a amenazas osciló entre un 19% y un 27%.
Todas estas optimizaciones, como es de esperarse, resultaron en grandes beneficios cualitativos: mayor rapidez en la migración hacia la nube, mejores niveles de compliance y fortalecimiento en la reputación de la marca; que, puestos en otras palabras, se entienden como una mejoría directa en la posición de la empresa para competir y responder a las exigencias del consumidor moderno.
Por todo lo anterior, para pensar en la inteligencia artificial como vehículo para hacer más rentable los negocios, es necesario pensar en la seguridad digital y en una segura y orientada migración hacia la nube. Esto requiere de un aliado experto y confiable como Trend Micro.
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