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Según el Foro Económico Mundial, hacia 2025 se perderían 85 millones de puestos de trabajo en el mundo con la digitalización y la IA
El éxito de ChatGPT ha puesto en evidencia la capacidad de la inteligencia artificial y sus beneficios para las diferentes industrias. El chatbot de la compañía OpenAI ya ha conseguido más de 10 millones de usuarios diarios en tan solo 40 días, una cifra inquietante para muchos, pero que también marca un hito en el mundo de la tecnología y el internet.
Si la analizamos, dicha herramienta cuenta con la capacidad de reconocimiento de voz, traducción de textos y consolidación de datos. Tareas que, si bien es cierto son comúnmente realizadas por humanos, también son actividades operativas que pueden servir de complemento al trabajo diario de las personas. ¿Sustituirá al humano o eliminará plazas de trabajo?
La respuesta, desde mi punto de vista, es que no. Lo anterior es porque el humano tiene múltiples capacidades como el raciocinio, la sensibilidad y el contexto, que no podrán -por lo menos por ahora- reemplazar las máquinas, aplicaciones o tecnologías.
De hecho, si nos remitimos a los datos, el Foro Económico Mundial estima que hacia 2025 se perderían 85 millones de puestos de trabajo en el mundo con la digitalización y la IA, pero que la misma robotización creará, al menos, otros 97 millones de empleos.
Esto lo convierte en una oportunidad para que todas las compañías puedan recopilar la mayor cantidad de información y crear estrategias acordes al sector en el que operan. Pero hay algo que no podemos perder de vista en este momento y es que, aunque es una tecnología ya conocida a nivel global, aún hay millones de personas que desconocen sus bondades por la falta de conectividad a internet y que, probablemente, seguirán haciendo manualmente todo lo que ChatGPT ya hace.
De allí la importancia de no olvidar que, aunque la tecnología con sus avances sigue abriendo puertas para facilitarnos la vida, un tercio de la población mundial sigue desconectada de internet. Esa parte del mundo, cada vez ve más limitadas las opciones de crecimiento y desarrollo por no hacer parte de la ‘era digital’. Por eso, mi invitación es a que nos enfoquemos en encontrar soluciones para cerrar la brecha de acceso a estas tecnologías y, de esta manera, asegurar el uso masivo y responsable de las mismas, sin exponer la información personal ni la seguridad de las compañías.
Una opción viable y eficiente para esto es a través de los operadores móviles virtuales, pues su implementación y despliegue de red no requiere de altos costos ni el despliegue de una infraestructura robusta. Además, durante la navegación en internet, ofrecen seguridad de extremo a extremo, al permitirle al usuario administrar de manera segura las conexiones de sus dispositivos móviles dentro y fuera del sistema IoT y controlar el consumo de los datos. De igual forma, facilita la visualización, monitoreo y administración de las conexiones a través de una interfaz de usuario.
Cada una de estas características hace que, en la actualidad, tanto los gobiernos como las empresas privadas, apuesten por este servicio y lleguen a las poblaciones vulnerables con opciones reales, conscientes y asequibles de conectividad.
Este es un punto realmente necesario si se tiene en cuenta que, en Colombia, de las 46,4 millones de conexiones a internet que se obtuvieron en lo corrido del año pasado, 38 millones de estas fueron a través del internet móvil. Solo 8,44 millones se conectaron por medio de una red fija, según datos del MinTIC.
