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Según la AIE, la proporción de los combustibles fósiles en la combinación energética mundial se ha mantenido en torno a 80%
La combinación de la pandemia de covid y la actual crisis energética significa que 70 millones de personas que recientemente han obtenido acceso a la electricidad perderán probablemente la capacidad de permitirse ese acceso, y que 100 millones de personas podrían dejar de poder cocinar con combustibles limpios, según el más reciente informé de perspectivas globales de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Según el documento, la proporción de los combustibles fósiles en la combinación energética mundial se ha mantenido en torno a 80% durante décadas. Sin embargo, la entidad prevé que en 2030, según las políticas que están establecidas actualmente, esta proporción se reducirá por debajo de 75% y se situará justo por encima de 60% en 2050.
“Las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía alcanzan su punto álgido en 2025, con 37.000 millones de toneladas (Gt) al año, y descienden a 32.000 millones Gt en 2050. Esto se asociaría a un aumento de 2,5 °C en la temperatura media mundial para 2100”, destaca el documento.
Para la agencia internacional, los elevados precios de la energía están provocando una enorme transferencia de riqueza de los consumidores a los productores, volviendo a los niveles observados en 2014 en el caso del petróleo, pero inéditos en el caso del gas natural.
Hoy, los altos precios de los combustibles representan 90% del aumento de los costes medios de generación de electricidad en todo el mundo, y el gas natural por sí solo más de 50%. “Mientras que, el valor de las energías renovables y del dióxido de carbono solo han desempeñado un papel marginal, lo que pone de manifiesto que se trata de una crisis en la que la transición energética es la solución”, agrega el documento.
Tras la prohibición de la Unión Europea a las importaciones rusas, un efímero aumento del consumo de carbón en Europa se ha estado abasteciendo de diversas fuentes, como Sudáfrica y Colombia. La región de Asia-Pacífico representó más de las tres cuartas partes de las importaciones mundiales de carbón en 2021, y esta cuota va a aumentar.
De hecho, la AIE considera que la producción de carbón en Colombia repuntó en 2021 gracias al aumento de las operaciones existentes y a la reapertura de las minas que habían cerrado durante la pandemia de covid-19. Más de 80% de su producción es carbón de vapor para la exportación, siendo Europa su principal mercado. A medida que los países europeos abandonan la generación con carbón, la producción de carbón en Colombia hasta 2030 se reduce en 35%.
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