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UE y EE.UU. sellan acuerdo de tarifas en 15%
En un comunicado conjunto se dejó por escrito el acuerdo político alcanzado entre Von der Leyen y Trump, aclarando el panorama político y comercial
La Unión Europea y Estados Unidos plasmaron por escrito los términos del pacto alcanzado en julio con el fin de evitar una guerra arancelaria. El acuerdo establece que Washington aplicará un arancel de 15% sobre la mayoría de las importaciones europeas, mientras que Bruselas se compromete a incrementar la compra de energía y material de defensa estadounidense.
Ambas partes formalizaron en un comunicado conjunto el entendimiento político alcanzado entre Ursula von der Leyen y Donald Trump. Aunque no es jurídicamente vinculante, se concibe como una guía para la futura política comercial transatlántica. Los líderes aseguraron en la red social X que este pacto trae beneficios a ciudadanos y empresas, otorga estabilidad a la mayor asociación comercial del mundo y garantiza seguridad para el empleo europeo y el crecimiento económico sostenido.

El documento, denominado “Acuerdo Marco para un Acuerdo sobre Comercio Recíproco, Justo y Equilibrado”, destaca que busca cimentar unas bases sólidas para la relación comercial e inversionista entre ambos bloques, revitalizando además la reindustrialización de sus economías.
En él se reconoce la voluntad conjunta de resolver desequilibrios comerciales y aprovechar el potencial del poder económico compartido. La intención es que sea el primer paso hacia un proceso ampliado con nuevos sectores y mayor acceso al mercado.
Los embajadores de los Estados miembros ante la UE fueron convocados en Bruselas para recibir detalles del acuerdo, casi un mes después de que Von der Leyen y Trump pactaran políticamente evitar la escalada arancelaria. Desde la capital europea se defiende que el acuerdo genera estabilidad, impide un escenario de confrontación comercial y establece un nivel “aceptable” de gravamen.
El pacto, compuesto por 19 puntos, contempla que la UE elimine los aranceles a todos los bienes industriales de EE.UU. y ofrezca acceso preferencial al mercado para productos agrícolas y pesqueros, como frutos secos, lácteos, frutas y verduras, alimentos procesados, semillas, aceite de soja y carne de cerdo y búfalo. Además, reactivará la declaración conjunta sobre la langosta de 2020 -caducada en julio de 2025- e incluirá la langosta procesada.
Por su parte, Washington aplicará un arancel general de 15% a los productos europeos, pero desde el 1 de septiembre de 2025 ofrecerá solo el arancel NMF, nación más favorecida, a ciertos bienes como el corcho, aeronaves y piezas, medicamentos genéricos e insumos químicos.
Ambos bloques evaluarán la inclusión de otros sectores estratégicos en la lista.
EE.UU. se compromete a limitar a 15% los aranceles a fármacos, semiconductores y madera. Además, reducirá los impuestos a vehículos y autopartes europeos tan pronto la Unión Europea presente la legislación correspondiente, evitando aplicar tasas superiores a 15%.
La relación económica UE-EE.UU., respaldada por inversiones recíprocas superiores a US$5 billones, se reforzará con compromisos como la inversión europea adicional de US$600.000 millones en sectores estratégicos estadounidenses hasta 2028.
También se acordó trabajar en la eliminación de barreras no arancelarias en el comercio agroalimentario, como los certificados sanitarios para porcinos y lácteos.
En el ámbito del acero y aluminio, ambas partes estudiarán fórmulas de cooperación que protejan sus mercados frente al exceso de capacidad y aseguren cadenas de suministro seguras mediante contingentes arancelarios.
En energía, el compromiso es garantizar un abastecimiento seguro y diversificado. La UE prevé adquirir gas natural licuado, petróleo y productos nucleares estadounidenses por un valor de US$750.000 millones hasta 2028.
Asimismo, se contempla la compra europea de chips de inteligencia artificial por US$40.000 millones y la cooperación en estándares de seguridad tecnológica para impedir fugas de tecnología a países considerados de riesgo.
En materia de defensa, Bruselas se compromete a elevar sustancialmente las compras de armamento y equipos estadounidenses con apoyo del Gobierno de Washington, reforzando la cooperación industrial transatlántica y la interoperabilidad en el marco de la Otan. El acuerdo también aborda la preocupación estadounidense por la normativa europea sobre deforestación, comprometiendo a la UE a buscar soluciones que eviten un impacto negativo en el comercio bilateral.
Asimismo, se revisarán las reglas del Cbam, ajuste en frontera por emisiones de carbono, para dar mayor flexibilidad a las Pyme estadounidenses y se trabajará para que las directivas europeas de sostenibilidad no dificulten el comercio transatlántico.
La UE promete reducir cargas administrativas, flexibilizar la responsabilidad civil por incumplimiento de diligencia debida y atender las inquietudes de Washington respecto a empresas extranjeras con regulaciones de alta calidad.
De igual modo, se reforzará la cooperación en minerales críticos, derechos de propiedad intelectual y garantías laborales internacionales, como la eliminación del trabajo forzoso en las cadenas de suministro. En cuanto al comercio digital, se eliminan trabas como las tasas por uso de redes o aranceles a transmisiones electrónicas, y se avanzará en la armonización de la seguridad económica y en medidas contra prácticas desleales de terceros países.
Aunque no fue recibido con entusiasmo en varias capitales de la UE, Bruselas lo justificó como una vía para esquivar la amenaza de Trump de imponer gravámenes generalizados de 30% o más en algunos sectores.
De momento, lo único efectivo es el arancel de 15% fijado por Washington, a la espera de que se concreten los productos afectados. Durante las conversaciones, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo la presión al advertir que los aranceles podrían elevarse a 35% si Europa no cumplía con los compromisos adquiridos.
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