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El presidente de México, Enrique Peña Nieto, renovó el miércoles su gabinete cambiando a tres de sus ministros, entre ellos el secretario de Gobernación (Interior), cuando falta menos de un año para que acabe su sexenio en el poder.
El mandatario aceptó la renuncia de Miguel Osorio Chong, quien ocupaba la Secretaría de Gobernación desde el comienzo del mandato de Peña Nieto en diciembre de 2012. Su lugar será ocupado por Alfonso Navarrete, que hasta ahora estaba al frente de la Secretaría del Trabajo.
Columnistas de la prensa local han dicho que Osorio buscaría ser senador por el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la próxima legislatura. Al aceptar su renuncia, el mandatario no dio pistas al respecto.
Navarrete, un abogado de 54 años militante del PRI, será el responsable de mantener a raya la violencia que azota al país, uno de los factores de mayor peso para los votantes de cara a las elecciones presidenciales de julio venidero.
“Las prioridades que he fijado al secretario de Gobernación para los meses próximos incluyen: fortalecer la gobernabilidad democrática en todo el país, redoblar esfuerzos en el combate a la inseguridad con énfasis en los municipios que presentan los mayores índices de criminalidad”, dijo Peña ante periodistas.
México habría cerrado el 2017 como el año más violento en dos décadas, según cifras oficiales, un dolor de cabeza para Peña, quien asumió en 2012 prometiendo mitigar la violencia en el país.
Además, el mandatario anunció que Eviel Pérez ocupará la Secretaría de Desarrollo Social en reemplazo de Luis Enrique Miranda. Pérez se venía desempeñando como subsecretario de dicho despacho.
Por su parte, Roberto Campa abandonó la subsecretaría de Derechos Humanos para hacerse cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social que dejó vacante Navarrete.
La preocupación por el cierre de la mina perjudicó el valor de los bonos y ha causado que los operadores traten la deuda del país como un crédito con grado especulativo
La empresa minera británica posee minas en países como Chile, Sudáfrica, Brasil y Australia y tiene una capitalización bursátil de US$36.710 millones
Una adquisición exitosa representaría el primer mega acuerdo entre las mineras diversificadas más grandes del mundo en más de una década
