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Gasolina. Foto: Colprensa
El Brent se ha desplomado más de 60% este año pero en las gasolineras sólo se aprecia una bajada de alrededor de 16%
El Brent se desploma más de 60% este año pero en las gasolineras sólo se aprecia una bajada de 16%
El precio del barril Brent de petróleo, de referencia para Europa, llegaba a caer este martes más de 28%, para cotizar por primera vez en los últimos 18 años por debajo del umbral de los US$20 por barril, después de que el crudo West Texas Intermediate, de referencia en Estados Unidos, llegase ayer a cotizar en negativo y en la sesión de hoy registrara un precio cercano a cero. La caída del Brent ha sido estrepitosa en lo que va de año. Desde enero, cuando cotizaba a US$65, se ha hundido más de 60%.
Los precios de las carburantes que pagan los usuarios también han bajado, pero la caída ha sido muchísimo menor. Según los últimos datos disponibles del Boletín de Precios de Hidrocarburos de la Unión Europea, el litro de gasoil, con impuestos, en España se situaba este mes en 1.037 euros de media. Esta cifra supone un descenso de 16% con respecto a los 1.247 euros de comienzos de año. Es decir, el precio final del gasoil ha caído menos de una tercera parte que el Brent. En la gasolina, el precio ha bajado desde los 1,32 euros por litro a los 1.122 euros, lo que supone una caída de 15%.
A diferencia de los precios del barril de Brent, que está en mínimos de hace casi dos décadas, los precios finales de los carburantes están en mínimos de hace apenas cuatro años.
Viejos fantasmas
¿Por qué el desplome del petróleo no se traduce de igual forma en los precios finales? La respuesta no es unánime. Lo único claro es que esta situación resucita los viejos fantasmas y disputas del sector. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (Cnmv) lleva años alertando de lo que ha llamado "efecto plumas y cohetes". En más de una ocasión ha puesto a las petroleras en el ojo del huracán criticando que cuando el precio del petróleo se dispara, empresas como Repsol, Cepsa, BP y Galp, tardan muy poco en trasladar ese repunte al precio final de los carburantes. Es decir, reaccionan a la velocidad de un cohete. Sin embargo, cuando el precio del petróleo baja, reaccionan muy lentamente para trasladar esa reducción al precio final de las gasolinas. Es decir, actúan a la velocidad de una pluma cuando se le deja caer en el vacío.
Las petroleras se defienden con dos argumentos: el efecto cambiario y el efecto fiscal. El petróleo, sea de donde sea, se paga en dólares, con lo que a la volatilidad de su precio hay que sumar la del efecto cambio entre dólar y euro. El cambio euro/dólar ha fluctuado mucho en los últimos meses, pero en general, el dólar ha mostrado gran fortaleza frente al euro especialmente desde febrero. Un euro ahora equivale a 1,08 dólares. En enero, un euro llegó a equivaler a US$1,12. Aunque el precio del Brent fuera el mismo, a los europeos nos costaría ahora más adquirirlo por el efecto cambiario. Por otra parte, las petroleras han repetido hasta la saciedad que ellas son sólo responsables de una parte del precio final de las gasolinas. En concreto, dicen, que cuando se reposta 50 euros, como media, la mitad de esa cantidad va a impuestos. Otros 18 euros son el coste de la materia prima, un euro es el márgen del mayorista y 6 euros son los costes de logística y comercialización.
Tras la declaración del Estado de alarma en España, el suministro energético se consideró servicio esencial. Como tal, sus precios son susceptibles de intervención pública, una situación que por ahora no se ha dado. Lo que sí ha hecho el Gobierno es regular qué gasolineras pueden o no estar cerradas, dado que muchas estaciones de servicio pidieron cerrar ante la falta de negocio por la falta de movilidad de la población.
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