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Pemex explicó que las razones por las que vendió el grueso de su participación en Repsol: “La decisión de desinvertir en Repsol obedece a la baja rentabilidad de las acciones obtenida por la actual administración frente a otras petroleras, a nuestras diferencias con sus prácticas de gobierno corporativo y a que no se materializaron los beneficios mutuos que Pemex esperaba de la alianza industrial firmada con Repsol hace más de dos años”.
En relación a este último asunto, la petrolera mexicana ha resaltado en un comunicado que, “como es del conocimiento público”, ni México ni ella forman parte del plan de negocios de Repsol, lo que “evidencia su falta de interés en los fundamentos sobre las cuales se formó esta alianza”.
Asimismo, Pemex sostuvo ante el nuevo escenario que se abre para la compañía tras aprobarse la reforma energética en México, la desinversión en Repsol le permitirá “una mejor asignación de recursos financieros en proyectos e inversiones con mejores expectativas de rentabilidad y de generación de valor económico para México”.
Respecto a la próxima visita de Estado a España del presidente de México, Enrique Peña Nieto, Pemex ha asegurado que la venta de la participación en Repsol es una decisión de mercado, “no un tema de la agenda bilateral en la relación México-España, la cual es profunda y amplia, y de la que el propio Pemex es un ejemplo con sus recientes inversiones de negocios en el país”.
Pemex vendió en el mercado 7,86% de Repsol por US$2.847 millones (2.091 millones de euros). Su participación en la petrolera española ascendía a 9,4%, con lo que aún conserva un paquete de aproximadamente 1,5%.
La compañía señaló que sus 35 años de presencia en Repsol supone una plusvalía de más de US$900 millones (alrededor de 660 millones de euros).
Durante la jornada de ayer la Comisión Nacional del Mercado de Valores (Cnmv) suspendió temporalmente la negociación de la acción.
El líder conservador Friedrich Merz moderó a principios de esta semana sus críticas a los Verdes para mantener abiertas las opciones de coalición
Dichos cambios “pueden considerarse como violaciones al T-MEC y alimentar la intención de Estados Unidos de realizar enmiendas sustanciales”
Las principales modificaciones son en los plazos de implementación. En ese sentido, la propuesta plantea un plazo de 180 días en la entrada en vigor de las nuevas disposiciones
