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El índice de IMD evalúa a las mayores compañías del mundo según cinco aspectos fundamentales, para medir hasta qué punto la IA se ha convertido en un elemento estructural dentro de la organización
Las empresas que están a la vanguardia en la adopción de inteligencia artificial la están utilizando como un motor de transformación profunda en sus modelos operativos y estratégicos. El AI Maturity Index 2025, elaborado por IMD, muestra que las compañías con mayor madurez en el uso de IA obtienen ventajas competitivas claras frente a sus pares.
En esta edición, Nvidia lidera el ranking, seguida por Microsoft y Alphabet, reflejando el protagonismo del sector tecnológico en el desarrollo y escalamiento de sistemas avanzados. El índice evalúa a las mayores compañías del mundo según cinco aspectos fundamentales: el compromiso de sus equipos directivos, la inversión en infraestructura tecnológica, la integración de la IA en procesos internos, el desarrollo de capacidades en la fuerza laboral y la existencia de marcos sólidos de gobernanza ética. El objetivo es medir hasta qué punto la IA se ha convertido en un elemento estructural dentro de la organización y no solo en un conjunto de proyectos aislados.
Aunque las tecnológicas ocupan los primeros puestos, uno de los hallazgos más relevantes del informe es el peso del sector financiero. Casi un tercio de las 100 empresas más avanzadas pertenecen a servicios financieros, lo que revela el grado de adopción de la automatización inteligente en áreas como la evaluación de riesgo, la gestión patrimonial, la detección de fraude y la atención personalizada al usuario.
También destacan farmacéuticas y compañías de salud, que aprovechan modelos avanzados para acelerar la investigación y mejorar diagnósticos; así como la industria automotriz y manufacturera, que integra IA en cadenas de producción, mantenimiento predictivo y sistemas de conducción asistida. En retail, telecomunicaciones y consumo masivo, la inteligencia artificial se centra en la personalización y la eficiencia operativa.
El análisis por industrias muestra que la aplicación de la IA varía según el tipo de negocio. En sectores intensivos en hardware y producción, como automotriz o manufactura, la IA se integra directamente en los productos y sistemas. En sectores de servicios, como seguros y banca, la IA se enfoca en agilizar decisiones y automatizar procesos, mientras que en tecnología la IA es simultáneamente infraestructura, producto y servicio.
“Este año marca un punto de inflexión en nuestra investigación. Los líderes ya no solo se quedan con experimentar los usos de la IA, sino que la escalan a un nivel empresarial”.
Algunos sectores avanzan con cautela debido al peso regulatorio, especialmente salud y seguros, donde se han creado sandboxes y comités internos antes de expandir herramientas de forma masiva.
El estudio revela además una diferencia marcada en el desempeño financiero entre las compañías con mayor madurez y aquellas rezagadas. Las empresas líderes presentan un crecimiento promedio anual de ingresos de 6,79%, mientras que las de baja madurez muestran una caída leve.
Sin embargo, la rentabilidad no muestra diferencias significativas, lo cual sugiere que los líderes están priorizando expansión, escala y posicionamiento de mercado por encima de beneficios inmediatos. Esta estrategia ha sido validada por el mercado. Las compañías con mayor madurez en IA registran tasas más altas de crecimiento en capitalización bursátil, especialmente en el último trimestre analizado.
Las diferencias también se observan en la gobernanza. Las empresas europeas tienden a adoptar modelos formales y transparentes alineados con marcos como la regulación de IA de la Unión Europea, con énfasis en supervisión humana y responsabilidad.
Las corporaciones estadounidenses privilegian la flexibilidad interna para mantener el ritmo de innovación, mientras que en Asia se combinan enfoques regulatorios nacionales con modelos de gestión ejecutiva más centralizados.
El informe concluye que 2025 marca un punto de inflexión. Las organizaciones más avanzadas han superado la etapa de pruebas aisladas y ahora consideran la IA como un catalizador de reinvención completa. La diferencia ya no estará en quién adopta la IA, sino en quién logra confiar en ella, gobernarla, escalarla y convertirla en parte orgánica de su modelo operativo.
Según el análisis, las compañías que lideren en los próximos años serán aquellas capaces de integrar la IA en toda la organización, formar equipos preparados para trabajar con estas herramientas y alinear las decisiones estratégicas de la alta dirección con una visión de crecimiento sostenido basada en la inteligencia artificial.
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