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Los permisos de estudio en Canadá se desploman
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El rápido incremento de estudiantes internacionales empezó a evidenciar las falencias del sistema y el gobierno tuvo que tomar medidas drásticas
El camino de la educación como vía para establecerse en Canadá fue ampliamente elegido por personas de diferentes partes del mundo durante la última década. Antes de la reforma migratoria de 2024, las reglas permitían que incluso estudiantes de pregrado y sus parejas, sin distinción del área de estudio, accedieran a un permiso de trabajo posterior equivalente a la duración de sus estudios o de hasta tres años.
Esta oportunidad, sumada a una oferta académica amplia y en crecimiento, llevó a que Canadá se consolidara rápidamente como el tercer destino mundial de estudiantes internacionales, solo detrás de Estados Unidos y Reino Unido.
Sin embargo, el rápido crecimiento del número de estudiantes internacionales empezó a evidenciar las debilidades del sistema. Por ello, a comienzos del año pasado, el gobierno federal estableció un límite en las solicitudes de permisos de estudio durante un período de al menos dos años e implementó nuevas reglas de juego, argumentando que algunas instituciones habían incrementado significativamente sus admisiones con el único objetivo de aumentar ingresos, pero sin ofrecer a los estudiantes los apoyos necesarios para garantizar su éxito académico y su posterior incorporación al mercado laboral canadiense.
Entre enero y junio de 2025, los permisos de estudio se desplomaron 70% frente al mismo periodo del año anterior, pasando de 125.034 a 36.417, una reducción de 88.617 permisos en apenas un año, de acuerdo con los datos del Ministerio de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá, Ircc.
“Nuestro enfoque está en atraer a los mejores talentos globales para impulsar el crecimiento de nuestra economía”, declaró Laura Blondeau, portavoz de la ministra de Inmigración, Lena Diab.
El impacto de esta reducción ha sido profundo para las universidades y las instituciones de formación técnica. Durante la última década, muchas instituciones intensificaron sus esfuerzos de reclutamiento internacional y pasaron a depender fuertemente de las matrículas de estudiantes extranjeros, quienes, pagan tres veces más que los estudiantes locales.
“Debemos asegurarnos de preservar los valores nacionales. Canadá siempre ha sido una nación acogedora y se ha beneficiado de muchas comunidades que han ayudado a construir este país”.
Tradicionalmente Canadá ha sido un país abierto y dependiente de la migración, de modo que lo que está ocurriendo actualmente con los estudiantes internacionales y los trabajadores temporales también ha tomado un lugar destacado en la agenda política nacional.
En ese escenario, los conservadores, principal partido de oposición, culpan a los liberales, quienes completan 10 años en el poder, de haber desbalanceado el sistema.
La discusión se intensifica por otro factor, la crisis de desempleo juvenil. Según un informe del grupo financiero Desjardins, la tasa actual se ubica en un nivel normalmente observado durante una recesión, pasando de 10% en 2022 a 14% a mediados de 2025, concluyendo que casi uno de cada cinco adolescentes canadienses que quiere trabajar no logra encontrar empleo. Al mismo tiempo, los adultos jóvenes, entre 20 y 24 años, también experimentaron un aumento en la tasa de desempleo en el mismo período, pasando de 9% a 11%. Otro fenómeno que viene tomando fuerza es el aumento de las solicitudes de asilo en Canadá, las cuales se han disparado, siendo hoy 11 veces superior al visto hace una década, pasando de 16.040 solicitudes en 2015 a 171.840 en 2024. Una tendencia que se mantiene este año, ya que tan solo en la primera mitad se han registrado 57.440 solicitudes.
Los estudiantes internacionales tienen un peso importante en estas cifras, pues ante los recientes cambios migratorios, muchos de ellos han optado por esta vía al no encontrar otra forma de permanecer en el país. Solo en 2024, los estudiantes internacionales presentaron un récord de 20.245 solicitudes de asilo, el doble que en 2023 y seis veces más que en 2019, explicando una de cada ocho peticiones.
Canadá enfrenta así un punto de inflexión. Aunque sigue siendo uno de los destinos más atractivos del mundo para los estudiantes internacionales, las medidas adoptadas por el gobierno de Trump buscan equilibrar la presión sobre los servicios públicos y garantizar que quienes deciden estudiar y establecerse en el país tengan oportunidades reales de integración.
Los próximos años serán de suma importancia para determinar si el nuevo modelo adoptado por el gobierno canadiense logra mantener la competitividad académica, atraer talento global y, al mismo tiempo, asegurar un sistema más sostenible para el futuro.
*Colaboración especial
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