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La Vicepresidenta debe tomar una decisión clave en el transcurso de las próximas horas luego de la media sanción en contra del DNU
Las internas en los bloques aliados, dialoguistas -el PRO y la UCR- después de la sanción de la Ley de movilidad jubilatoria, y la decisión política de Victoria Villarruel de evitar otra posible derrota, salvarían a Javier Milei de una segunda semana negra en el Congreso de la Nación y del primer rechazo a un decreto de necesidad y urgencia con su firma.
En los planes de la Vicepresidenta no habría una próxima sesión en lo inmediato, excepto que hubiera un acuerdo político que evite sorpresas. En la agenda urgente el único proyecto que La Libertad Avanza quiere tratar en el recinto del Senado es la Boleta Única de Papel (BUP), proyecto varias veces postergado.
Lo que necesita evitar el oficialismo es que el DNU que amplía en $ 100.000 millones los gastos reservados de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) llegue al recinto ya que gran parte de la oposición, incluidos los dialoguistas, están en contra. El decreto en cuestión acaba de ser rechazado en la Cámara de Diputados y, un rechazo en el Senado lo dejaría sin efecto. Hasta que eso no ocurra el Gobierno puede disponer de las partidas asignadas.
Distinto es el caso del DNU 70/23, que incluía la eliminación de más de 300 leyes. Sólo fue rechazado por el Senado y nunca se trató en la Cámara baja lo que mantiene su vigencia. Para que un decreto sea ratificado alcanza con la aprobación de una de las dos cámaras mientras que para su rechazo se necesita el voto contrario en ambas.
Ni Villarruel ni los senadores de LLA quieren arriesgarse esta semana después de la triple derrota que significó la elección del radical Martín Lousteau como titular de la Bicameral de Seguimiento de la Inteligencia, el rechazo al DNU para los espías en Diputados y la movilidad jubilatoria sancionada en el Senado por la que Milei calificó de "degenerados fiscales" a los legisladores.
En ese contexto empezaron las conversaciones entre los jefes de los bloques con la asistencia del secretario parlamentario, Agustín Giustinian, un hombre de extrema confianza de Villarruel. "El apuro por la BUP lo tenía el Ejecutivo pero ahora hay que evitar que se lime al Gobierno", reflexionó un asesor que teme no sólo al rechazo al DNU presidencial sino a la posibilidad de que se trate la Ley de Financiamiento Universitario.
Villarruel siguió las conversaciones desde lejos: después de la sesión del jueves viajó a Jujuy y a Salta de donde regresó este lunes por la tarde. Las conversaciones apuntan a consensuar la BUP entre el Senado y el Gobierno nacional. Al no ser un año electoral, el oficialismo intenta modificar el sistema electoral por uno similar al utilizado en los comicios provinciales de Santa Fe y Córdoba, por ejemplo.
Sin embargo, la iniciativa dividía exactamente a la mitad las voluntades parlamentarias. Al tratarse de una cuestión electoral y Villarruel ser parte del Poder Ejecutivo, no podía ser esta vez quien desempatara. La épica que le impuso la Vice a la votación de la Ley Bases no podía repetirse esta vez.
Las modificaciones habilitadas por la Casa Rosada recién se transmitieron al Senado la semana pasada. Ni los gobernadores ni los senadores estuvieron dispuestos a darle media sanción a las apuradas y sin revisar la letra chica respecto a que no haya un casillero para votar un partido completo y a la separación de las boletas nacionales, provinciales y municipales.
Por eso no se debatió en el recinto cuando el último jueves se sancionó la movilidad jubilatoria a contramano de los deseos del presidente Javier Milei y se votó el congelamiento de las dietas de los senadores después del segundo aumento atado a los empleados legislativos. El veto anunciado por el Presidente y la crisis que generó el cambio de opinión de Mauricio Macri tienen al PRO en estado asambleario. También los radicales más dialoguistas están con dudas.
Como dijo el jefe del bloque del PRO que sólo tiene seis senadores, el cordobés Luis Juez, habían conversado y acordado con el Gobierno nacional el rechazo a tres artículos de la reforma previsional -2, 4 y 10- tal como hicieron. Aún así Macri -tras cenar con Milei en la quinta de Olivos- apoyó el veto y el fin de semana el PRO, que preside, anunció la misma posición profundizando el malestar interno.
En ese clima la mayoría de los legisladores cree que esta semana sería "complicado" convocar a una sesión. "Si abrís el recinto podría pasar cualquier cosa", señalaron a El Cronista en el primer piso del Palacio donde insisten en que los desencuentros legislativos deben atribuirse a la falta de senadores propios -LLA sólo tiene 7- y "a la desconexión política entre el Legislativo y el Ejecutivo".
Los más molestos apuntan al dúo de "hierro" que rodea a Milei y que está conformado -al decir del Presidente- por Karina Milei y el consultor Santiago Caputo. Y se oye un reproche permanente: "Se meten sin saber".
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