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Hamás acordó un alto el fuego a partir del 10 de octubre, con la retirada de las tropas y tanques israelíes para permitir a los palestinos una mayor libertad
La tregua en Gaza que el presidente Donald Trump espera convertir en una paz más amplia en Medio Oriente está bajo fuego, con Israel y Hamás acusándose mutuamente de violaciones, incluso mientras enviados internacionales llegan para estabilizar el destrozado enclave palestino.
Los medios palestinos informaron el domingo de tres ataques aéreos israelíes en Gaza, y las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron que Hamás había llevado a cabo ataques contra sus tropas más allá de una línea de demarcación clave, calificándolo de "una descarada violación del alto el fuego".
Por otra parte, un funcionario israelí afirmó que existen planes tentativos para que el vicepresidente de Trump, J.D. Vance, acompañe al mediador de la Casa Blanca, Steve Witkoff, a la región la próxima semana, lo que demuestra la seriedad de Estados Unidos para consolidar el acuerdo. La embajada estadounidense en Jerusalén no emitió comentarios de inmediato.
Hamás acordó un alto el fuego a partir del 10 de octubre, con la retirada de las tropas y tanques israelíes para permitir a los palestinos una mayor libertad de movimiento tras dos años de guerra. Sin embargo, la facción islamista se ha resistido a la exigencia de Trump de desarmarse y ceder el poder a un gobierno palestino alternativo supervisado por extranjeros.
La Casa Blanca, tras romper con décadas de tradición estadounidense al enfrentarse directamente a Hamás a pesar de que su propio Departamento de Estado lo había designado como terrorista, ha adoptado un tono más duro. Trump condenó la letal represión interna de Hamás, advirtiendo que, de continuar, «no tendremos más remedio que entrar y matarlos».
Hamás defendió sus acciones como un esfuerzo por restablecer el orden público en las partes de la Franja de Gaza desocupadas por el ejército israelí, y dijo que sigue comprometido con el alto el fuego.
El domingo, el funcionario de Hamás Ezzat Al-Risheq dijo en la cuenta de Telegram del grupo que Israel “continúa violando el acuerdo y fabricando pretextos endebles para justificar sus crímenes”.
Mientras tanto, los israelíes están preocupados por el retorno incierto de los restos de los rehenes asesinados en la incursión de Hamás del 7 de octubre de 2023, que desencadenó el conflicto en múltiples frentes centrado en Gaza. Los últimos rehenes vivos fueron liberados hace una semana, pero los cuerpos de 16 siguen desaparecidos, y Hamás afirma que se necesita equipo especial para buscarlos entre las ruinas de Gaza.
La reapertura del cruce de Rafah en la frontera sur de Gaza con Egipto, otra condición clave del plan de Trump, ha sido aplazada indefinidamente por Israel. El movimiento de ayuda se ha incrementado a través de la frontera israelí, pero a una escala que, según los palestinos, no cubre las necesidades de los dos millones de residentes de Gaza, la mayoría de los cuales se han quedado sin hogar después de que gran parte del enclave haya quedado reducido a escombros.
En una declaración del sábado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, vinculó la medida de Rafah a “la forma en que Hamás implementa su parte de la recuperación de los rehenes y la implementación del acuerdo acordado”.
Una miembro de su gabinete de seguridad, la ministra de Transporte Miri Regev, adoptó una postura más dura al declarar a la Radio del Ejército de Israel: "No hemos concluido esta guerra. Si Hamás no depone las armas después de recuperar a todos los rehenes, volveremos al combate activo".
Hamás ha acusado a Estados Unidos de ignorar la muerte de 27 palestinos a manos de las fuerzas israelíes tras la entrada en vigor de la tregua. Funcionarios israelíes afirman que el ejército abrió fuego para impedir incursiones a través de la llamada "línea amarilla", que delimita más del 50% de Gaza bajo su control, y que la demarcación se aclarará en el futuro con una hilera de postes amarillos.
El acuerdo de Trump obtuvo el apoyo de las potencias árabes, musulmanas y occidentales, varias de las cuales han expresado interés en contribuir a una fuerza de estabilización de posguerra en Gaza.
Una fuerza multinacional se está reuniendo en Israel, con delegados militares de al menos otros dos países que se unen al liderazgo estadounidense, según un funcionario que solicitó el anonimato. El Ministerio de Defensa alemán anunció el sábado el envío de tres soldados al Centro de Coordinación Civil-Militar en el sur de Israel.
Una encuesta realizada el viernes por el Canal 12 de televisión de Israel encontró que 36% de los israelíes cree que su país ganó la guerra, mientras que 9% vio a Hamas como victorioso y 48% dijo que ninguna de las partes lo hizo.
Netanyahu, quien dijo el sábado que planea presentarse nuevamente a las elecciones en 2026, puede no tener prisa por reanudar un conflicto que puso a prueba al ejército reclutado y cuyo costo para los civiles palestinos sumió a Israel en el aislamiento global.
Dos años de guerra causaron más de 67.000 muertes en Gaza, según el Ministerio de Salud dirigido por Hamás, que no distingue entre combatientes y civiles.
Netanyahu, al igual que Trump, también quiere ampliar las negociaciones de paz entre israelíes y árabes iniciadas durante el primer mandato del presidente estadounidense. "Tenemos varias cosas que hacer antes de las elecciones, como algunos acuerdos de paz más en la región", declaró el portavoz de Netanyahu, Guy Levy, a la radio Galey Israel.
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