Israel atacará última ciudad de Gaza mientras se estancan conversaciones de tregua

Israel advirtió que se trasladaría por primera vez a una ciudad en el corazón de la Franja de Gaza que anteriormente había evitado por temor a dañar a los rehenes, mientras acusaba a Hamas de estancar las conversaciones de alto el fuego mediadas por Estados Unidos y el costo de la guerra sobre los civiles palestinos se disparaba.

Las Fuerzas de Defensa de Israel ordenaron el domingo a los palestinos en algunas partes de Deir al-Balah que evacuen inmediatamente hacia el sur a una ciudad de tiendas de campaña para cientos de miles de personas desplazadas por 21 meses de combates.

La tregua anterior expiró a principios de mayo, hundiendo el conflicto en una crisis más profunda.

Israel cerró los canales tradicionales de distribución de ayuda en favor de una alternativa respaldada por Estados Unidos, conocida como la Fundación Humanitaria de Gaza (FGH), que, según argumentó, ayudaría a marginar a Hamás. La ONU la ha calificado de discriminatoria e insuficiente para evitar la hambruna de muchos de los residentes del enclave.

Paralelamente, las FDI lanzaron una serie de operaciones con el objetivo declarado de tomar territorio palestino, en un esfuerzo por presionar a Hamás para que libere a los rehenes restantes del ataque del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la guerra.

El gobierno de Hamás afirma que casi 1.000 palestinos han muerto mientras esperaban ayuda durante ese período. Israel ha cuestionado las circunstancias y las cifras.

El domingo, testigos afirmaron que tanques israelíes dispararon proyectiles contra palestinos que esperaban la entrada de camiones de comida en el norte de Gaza, una zona que ha sufrido intensos enfrentamientos con los remanentes de Hamás. Sesenta y siete palestinos murieron, según informó el Ministerio de Salud, dirigido por Hamás, sin dar más detalles. La distribución caótica de la ayuda ha provocado en ocasiones estampidas letales.

Las FDI dijeron que sus tropas dispararon tiros de advertencia en un intento de dispersar a miles de palestinos que representaban una amenaza y que “consideran la transferencia de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza como un asunto de suma importancia”.

Plan Deir al-Balah

Aunque Israel controla actualmente cerca del 75% de Gaza, el grupo islamista respaldado por Irán se ha mantenido firme en su exigencia de que cualquier alto el fuego y liberación de rehenes esté condicionada a la retirada total de las fuerzas israelíes. Israel ha rechazado esta exigencia.

Deir al-Balah es uno de los pocos puntos de la Franja de Gaza donde las fuerzas israelíes no han maniobrado y edificios enteros permanecen en pie. Esto se debe a que, según las evaluaciones de inteligencia israelíes, había rehenes allí. No está claro si esto seguirá siendo así al comenzar la nueva operación.

El ataque de Hamás de 2023 mató a 1.200 personas en Israel y secuestró a otras 250, que fueron llevadas a Gaza. Quedan unos 50 rehenes, de los cuales se cree que 20 siguen con vida. Hamás no ha comentado sobre la ubicación de los rehenes, a quienes ha amenazado con ejecutar si se acercan tropas enemigas.

El Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas, el mayor grupo de defensa que promueve la liberación negociada de rehenes, expresó su preocupación por el plan de Deir al-Balah.

Para los rehenes, esto no es moneda de cambio, sino un peligro claro y presente para su destino. ¡Basta! Una gran mayoría de la nación de Israel quiere que la guerra termine con un acuerdo integral que restituya a todos los rehenes, declaró el foro.

Obstruccionismo de Hamás
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, envió el 6 de julio negociadores de regreso a Qatar, un intermediario de Hamas, antes de una visita a la Casa Blanca durante la cual él y el presidente estadounidense, Donald Trump, expresaron su esperanza de un avance diplomático que permita el regreso de 10 rehenes vivos y 18 muertos.

Gila Gamliel, ministra del gabinete de seguridad de Netanyahu, acusó a Hamas de obstruir el proceso y anticipó que Steve Witkoff, enviado especial de Trump, viajaría para sumarse a las conversaciones.

"En cuanto tome las riendas en Doha, veremos las consecuencias", declaró Gamliel a la Radio del Ejército de Israel, refiriéndose a Witkoff. "Nuestro equipo negociador sigue allí, con la esperanza de regresar con buenas noticias".

La oficina de Witkoff dijo el domingo que no tenía actualizaciones de viajes en este momento.

Otro enviado especial de EE. UU., Adam Boehler, se mostró optimista sobre un acuerdo y agradeció a Israel por ofrecer redespliegues del ejército en Gaza. "Lo que realmente quiero ver es que Hamás actúe", declaró Boehler en el programa "State of the Union" de CNN. "Y si no lo hacen, les diré algo: Israel tendrá que tomar medidas drásticas".

Hamás, que figura en las listas negras de terroristas de gran parte de Occidente, ha advertido que el último estancamiento pone en peligro a los rehenes. "Hasta ahora, hemos apoyado su supervivencia en la medida de lo posible", declaró el viernes Abu Obeida, portavoz del brazo armado de Hamás.

“Si el enemigo criminal obstruye o se retira de esta ronda, no podemos garantizar el regreso a los acuerdos parciales ni a la propuesta de liberación de los 10 cautivos”, dijo.

Israel afirma que quiere liberar al mayor número posible de rehenes, pero también quiere destruir a Hamás como institución militar y de gobierno. Esto implicaría desarmar a Hamás y exiliar a sus líderes, según Israel. Hamás ha rechazado estas condiciones.

La guerra ha matado a 58.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, afiliado a Hamás, que no distingue entre bajas civiles y combatientes. Israel ha perdido más de 400 soldados en combates en Gaza.