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Los economistas esperaban una lectura de 5,2%. Los precios al consumidor fueron impulsados por los alimentos, bebidas, y muebles
La tasa de inflación de Gran Bretaña aumentó inesperadamente al nivel más alto desde 1992, lo que agudizó la presión sobre los hogares y aumentó la presión sobre el gobierno y el Banco de Inglaterra para que respondieran.
Los precios al consumidor aumentaron un 5,4% respecto al año anterior en diciembre, impulsados por un amplio aumento en el costo de los alimentos, bebidas, comidas en restaurantes y muebles, dijo el miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas. Los economistas esperaban una lectura del 5,2%.
El poder adquisitivo de los hogares se está debilitando, y el precio de los bienes y servicios cotidianos aumenta más rápido que los salarios. Los encargados de formular políticas en el banco central están sopesando otro aumento en las tasas de interés a partir del próximo mes, y los ministros están buscando formas de suavizar el aumento en las facturas de servicios públicos que se producirá en abril.
“El aumento de la inflación significa que la restricción del costo de vida de Gran Bretaña seguirá siendo más estricta en los próximos meses, particularmente cuando las facturas de energía aumenten en abril”, dijo Jack Leslie, economista senior del grupo de expertos Resolution Foundation. “Los impulsores de la inflación se están volviendo más amplios”.
La fortaleza de la inflación está alimentando la especulación de un ciclo rápido de endurecimiento de la política monetaria. Las sólidas cifras del mercado laboral del martes reforzaron esa perspectiva. El BOE entregó el mes pasado el primer aumento desde el comienzo de la pandemia y puede moverse nuevamente el 3 de febrero.
Los bonos del gobierno del Reino Unido cayeron, y los rendimientos a 10 años aumentaron 8 puntos básicos hasta el 1,30 %, el nivel más alto desde principios de 2019. Los mercados monetarios han descontado casi por completo la subida de tipos del próximo mes.
“Entiendo las presiones que enfrenta la gente con el costo de vida, y continuaremos escuchando las preocupaciones de la gente como lo hemos hecho durante la pandemia”, dijo el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, en un comunicado.
Pat McFadden, el secretario en jefe del Tesoro en la sombra de la oposición laborista, dijo que “el triple golpe de un aumento inminente en el tope del precio de la energía, la caída de los salarios reales y los aumentos de impuestos conservadores que se avecinan empeorarán aún más esta crisis”.
Los hogares están sintiendo la presión no solo por el aumento de las facturas de energía, sino también por el aumento de los precios de los alimentos. Las facturas de energía han aumentado un 18,8 % para la electricidad y un 28,1 % para el gas, los mayores aumentos desde 2009. Los precios de los alimentos ahora están subiendo a su ritmo más rápido desde julio de 2008.
“El aumento de la inflación plantea preguntas difíciles para el Banco de Inglaterra”, dijo Yael Selfin, economista jefe de KPMG UK. “La escasez de bienes, cuya demanda aumentó durante la pandemia, y los altos precios de la energía han contribuido a acelerar el ritmo de aumento de los precios”.
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